TENEMOS
LO QUE HAY
QUE TENER

Una receta para sorprender desde el aire. ¿Cómo? Empleando una cepa de levadura silvestre capturada en el entorno del Monasterio de Santa María de Sobrado dos Monxes. Sí, ¡estamos locos…!

Y el resultado de esta locura es una cerveza de abadía gallega, inspirada en las cervezas de tradición monacal.

Proceso de elaboración

En colaboración con el Laboratorio de Microbiología de la Facultad de Ciencias de Ourense de la Universidad de Vigo se capturaron hasta 58 cepas de levaduras salvajes en el entorno del Monasterio de Sobrado. Tras muchas pruebas, se escoge la cepa que mejor se adapta a las características sensoriales del estilo y clave en la elaboración de esta cerveza.

Materias primas

  • Agua
  • Malta Pilsen
  • Malta Munich II
  • Malta Melanoidina
  • Malta Carapils
  • Malta CaraMunich II
  • Malta Caraaroma
  • Malta Carafa I
  • Lúpulo de la variedad Admiral
  • Azucar Candy
  • Levadura silvestre del Monasterio de Sobrado dos Monxes

Nota de maridaje

  • Postres

    Armoniza con una amplia selección de postres como la Tarta de Santiago y su carácter almendrado, tartas de manzana o cualquier postre que contenga crema pastelera.

    Quesos

    Quesos con intentos sabores lácticos como los de cabra, pero también con quesos de larga curación.

    Carnes

    Guisos de carne como la tradicional Carbonade Flamande, el estofado de ternera belga

    Nuestra recomendación

    Dulce de leche Mano de Santo, elaborado artesanalmente por los monjes del Monasterio de Sobrado

     

  • Nota de cata

    FASE VISUAL
    Cerveza de color ámbar oscuro con cremosa espuma beige.

    FASE OLFATIVA
    La levadura de Sobrado aporta complejos aromas a fruta de hueso (melocotón, albaricoque, ciruela…) y especiados que recuerdan a la pimienta recién molida. Las maltas y el azúcar Candy empleados en la receta revelan notas a caramelo, bollería y fruta madura.

    FASE GUSTATIVA
    Tras un dulzor inicial queda en boca un regusto seco que equilibra el sabor de esta cerveza. En boca se confirman los sabores afrutados de la fermentación y se resalta el carácter tostado de las maltas. Tiene un cuerpo medio-alto con una ligera sensación de calidez que no puede faltar en una cerveza de abadía.