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Las razones por las que se disparan las ventas de cerveza con bajo contenido en alcohol en el Reino Unido

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«Mentiras, malditas mentiras y estadísticas», es una de las frases más conocidas de Mark Twain. Con ella, el escritor de Misuri criticaba el uso engañoso que en su tiempo se hacía de esta ciencia con el objetivo de sesgar los resultados y hacer que las cosas parecieran mejores de lo que realmente eran. Ha pasado más de un siglo desde que Twain pronunció estas palabras, pero, aunque en muchas ocasiones no parecen haber perdido vigencia, en otras, las estadísticas son sumamente esclarecedoras. Ese es el caso de las que afectan a la cerveza sin alcohol.

Lo que parecía una excentricidad de los consumidores españoles y alemanes, se ha extendido por todo el mundo y ya nadie discute que el fenómeno ha dejado de ser una tendencia o una moda para asentarse sólidamente de forma global. Lo corroboran los datos que nos llegan de diferentes mercados. De todos ellos, los informes publicados en Gran Bretaña resultan especialmente interesantes.

 

El consumo moderado y los impuestos impulsan el auge de las cervezas sin

 

Las cifras aportadas hace unas semanas por IWSR —una empresa de análisis de mercados con sede en Londres— muestran que las modificaciones en los impuestos especiales y una tendencia a la moderación están impulsando un cambio hacia bebidas con menor graduación alcohólica. Aunque todavía se prevé que siga siendo el tercer mercado más valioso del mundo para las bebidas con alcohol, IWSR pronostica que en los próximos cinco años experimentará un descenso del 1%, tanto en el volumen como en su valor (entre 2022 y 2023 la caída fue del 2%). 

Antes del verano, las esperanzas de esta industria estaban puestas en la climatología favorable y en el probable impulso del consumo que traerían dos grandes eventos deportivos: la Eurocopa 2024 y los Juegos Olímpicos de París. Sin embargo, es poco probable que esto haya tenido el impacto esperado, un impacto que, de cualquier forma, no sería duradero.

Por el contrario, las tasas de crecimiento de los productos sin alcohol y con bajo contenido de alcohol sí son muy esperanzadoras y no dependen de situaciones coyunturales o de veranos calurosos. Entre 2022 y 2023 este segmento mostró un crecimiento de sus volúmenes del 47%, pasando de 650.000 hectolitros producidos a cerca de 1,3 millones. Se espera que hasta 2028 la cifra se estabilice en un crecimiento del 19%, agregando un valor incremental de 800 millones de libras esterlinas para ese año.

 

La cerveza sin alcohol puede dar algunas alegrías

 

Complementando los datos anteriores, estadísticas centradas en la cerveza muestran que el mercado británico se expandió más que cualquier otro en términos de volumen, creciendo el doble que el del siguiente país más importante, Venezuela, donde las ventas aumentaron en 325.000 hectolitros el año pasado. Rumania y Japón ocuparon el tercer lugar en una encuesta que analiza 160 países. 

El Reino Unido es ahora el octavo mercado mundial más importante para las ventas de cerveza con bajo contenido de alcohol. En 2022 estaba en el puesto decimotercero. A estas alturas, seguramente muchos se preguntarán cómo se ha llegado a esta situación. La respuesta tiene varias explicaciones.

Una de ellas es el menor precio de las “sin”. «Ya sea reflejado en la limitación del gasto en productos de alimentación, en la reducción de la frecuencia de las visitas a los puntos de venta o en la elección de envases con mayor capacidad, la búsqueda de una mejor relación calidad-precio fue la prioridad abrumadora para los consumidores del Reino Unido, cada vez más escasos de efectivo», sostiene Patrick Fisher, analista de mercado de IWSR.

Si bien en IWSR esperan más caídas de los volúmenes en las bebidas con alcohol, también creen que los precios más altos deberían impulsar algunas ganancias de valor en el corto plazo. En cuanto a volúmenes, las únicas alegrías en el mundo de la cerveza las darán las “sin”, las Stouts y las marcas premium internacionales.

«El aumento de los precios y el coste de la vida han reducido los ingresos disponibles para el gasto discrecional. Eso, junto con la tendencia consolidada a la moderación, así como los cierres y la reducción de los horarios de apertura en el sector de la hostelería, están teniendo efectos duraderos en el comportamiento del consumidor. El extremo superior del mercado sigue estando más aislado si se compara con las ventas minoristas generales, que se hicieron más dependientes de las promociones», puntualiza Fisher, recalcando la importancia que su empresa le concede a la situación económica de los consumidores. 

 

El nuevo sistema impositivo tras el Brexit impulsa la cerveza sin alcohol

 

Sin desacreditar a IWSR, otros analistas tienen una visión algo más compleja. Para ellos, el mercado de la cerveza con bajo contenido de alcohol habría despegado, en gran medida, debido a los cambios posteriores al Brexit. Sobre todo, en la modificación del sistema de impuestos sobre el alcohol introducida el pasado agosto pasado. Esto se traduce en que los productos con menos del 3,5% de alcohol en volumen están gravados a una tasa más baja que las bebidas más fuertes. Bajo el nuevo sistema, las cerveceras deben pagar 21 libras por litro de alcohol puro en productos que tengan entre un 3,5% y un 8,5%, mientras que las cervezas por debajo de este umbral pagan solo 9,27 libras por litro. 

No hay tasas para los productos con un contenido de alcohol inferior al 1,2%. Todo esto se refleja en unos precios más bajos para las cervezas nacidas o “adelgazadas” a la sombra de estas medidas.

Productores internacionales como Guinness, Heineken o Carlsberg, han lanzado alternativas sin alcohol de sus grandes marcas en respuesta a la cadena de cambios. Localmente, John Smith's Extra Smooth Bitter se convirtió el pasado enero en la última cerveza con gran presencia en los pubs en reducir su contenido en alcohol después de que Shepherd Neame, Carlsberg, Foster's y Old Speckled Hen hicieran lo mismo meses antes. 

Por su parte, BrewDog, la cervecera craft más importante del Reino Unido, lanzó a principios de este año Cold Beer, una Lager con un contenido de alcohol del 3,4%.

«La congelación y reducción de impuestos brindan a las cerveceras la confianza y la capacidad de innovar e invertir en productos de baja graduación y sin alcohol. También han respondido con entusiasmo a los gustos cambiantes de los consumidores», comentan desde la Asociación Británica de Cerveza y Pubs, la BBPA.

 

¿Puede ser la salud otro factor clave en la moderación del consumo?

 

Mark Twain seguramente hubiese encontrado en el anuncio de la reducción del alcohol de alguna de las cervezas mencionadas, una prueba de que «nunca debes dejar que la verdad se interponga en el camino de una buena historia». Los británicos, con su particular sentido del humor, fueron menos comedidos y ridiculizaron sin compasión esos descensos en el ABV. El escarnio se produjo cuando se enteraron de que la mayoría de las cervezas que habían pasado del 3,6% al 3,4% lo habían hecho únicamente para reducir su carga impositiva y que nada de ese ahorro —justificado en una “preocupación por el bienestar”— se había trasladó al precio de la pint.

Al margen de ese espurio uso de la salud por parte de los cerveceros, no hay duda de que tal preocupación existe. Según una encuesta de YouGov, las cervezas más suaves están aumentando en popularidad a medida que los consumidores buscan formas de evitar beber en exceso cuando socializan o necesitan conducir. Aunque, según un estudio de la BBPA, la proporción de pubs que sirven opciones de barril con bajo contenido en alcohol se ha cuadriplicado desde 2019, un 39% de las personas de entre 18 y 24 años ya no beben alcohol en absoluto.

 

El futuro de la socialización en un Reino Unido menos centrado en el alcohol

 

Algunas corporaciones internacionales que comparten intereses en la cerveza y los destilados creen que la tendencia hacia lo “sin” también se consolidará en las bebidas espirituosas. En el Reino Unido y Estados Unidos se están popularizando tanto que se han acuñado nuevos términos para su consumo, desde "book ending" (comenzar y terminar la noche con una bebida sin alcohol) hasta "zebra striping" (alternar entre bebidas alcohólicas y no alcohólicas). 

Este 2024, la empresa británica de estudios de mercado KAM Insights publicó un informe que corrobora que un gran número de adultos están moderando activamente su consumo de alcohol. Comparte con IWSR la clara influencia del ahorro, pero también la necesidad de mejorar el bienestar físico. Curiosamente, el estudio de KAM defiende que la disminución del consumo de alcohol no significa una disminución en la demanda de experiencias que rodean a las bebidas. «La gente no quiere perderse todas las ocasiones en las que el alcohol normalmente está presente: ir al pub con amigos, celebrar un cumpleaños, disfrutar de una cerveza mientras se ve un deporte», concreta el informe.

El impacto de estos cambios está siendo tan importante que las asociaciones de productores y los comercializadores se han visto obligadas a publicar una serie de guías sobre bebidas sin alcohol o con bajo contenido de alcohol en un intento de «aclarar la confusión sobre la comercialización, el etiquetado y la producción». Es algo totalmente necesario en momentos de transformación como los que estamos viviendo. Momentos que seguramente no gustarían demasiado al bueno de Mark Twain.   

 

¿Quieres saber más sobre el auge de la cerveza sin alcohol?

En nuestro blog de cerveza Amantes Cerveceros analizamos las claves del cambio en los hábitos de consumo y su impacto global. Echa un vistazo y mantente al día.