Faversham acogerá el 1 y 2 de septiembre una nueva edición del festival dedicado al lúpulo británico que comenzó a celebrarse en 1990.
Según la documentación histórica, el cultivo comercial de lúpulo comenzó en Inglaterra en el siglo XVI. Concretamente, fue en 1520 cuando un terrateniente de Westbere, cerca de Canterbury, dio los primeros pasos para convertir al condado de Kent en la región del lúpulo inglés. Año tras año, la tierra destinada a la planta iría creciendo, siendo el último cuarto del XIX y la primera década del XX la época de mayor esplendor, atrayendo en la temporada de cosecha a decenas de miles de trabajadores eventuales. Era tal la cantidad de mano de obra que hacía falta que los empresarios del lúpulo de Kent comenzaron a promocionar entre los londinenses fines de semana de recolección.
Con la esperanza de vacaciones remuneradas, se tiene constancia de que en la década de 1870 se fletaban trenes especiales desde la capital británica en los que familias enteras se desplazaban varios días al sureste de Inglaterra para la cosecha. Ya allí, comprobaban que el trabajo era mucho más duro de lo que esperaban y las condiciones de vida distaban bastante de lo que serían unas vacaciones, dedicándose los hombres a la recolección de las plantas —el cultivo sobre cuerdas y postes comenzó a finales del XIX– y las mujeres a la selección y procesado de las valiosas flores.
Junto a Canterbury, la localidad de Faversham se convirtió en una de las capitales del lúpulo británico. En sus límites municipales llegaron a convivir una docena de fábricas que se beneficiaban de la proximidad a los campos de lúpulo y de las buenas comunicaciones ferroviarias y marítimas con el resto de la isla.
Las guerras mundiales, la escasez de mano de obra, los cambios de gustos en los estilos de cerveza y la competencia de otros mercados hizo que la importancia del cultivo de lúpulo en Kent fuese perdiendo importancia. Esto no fue óbice para que muchos recordasen todo lo que había significado la planta trepadora para región y la influencia de variedades como el Fuggle o el Golding en historia cervecera británica.
Entre esos nostálgicos estaba un grupo de vecinos de Faversham encabezados por Gordon Newton, que, en 1990, preocupados por el declive del cultivo y el desconocimiento de las nuevas generaciones, decidió organizar un festival en el que se pusiese en valor este ingrediente cervecero. Como uno de los fundadores del prestigioso festival folk de Rochester Sweeps, el Faversham Hop Festival se benefició en las primeras ediciones de la experiencia de Newton en el diseño de grandes eventos. Con el tiempo la responsabilidad pasó al ayuntamiento de Faversham, que se encargó de gestionarlo junto a un grupo de voluntarios de la zona. Posteriormente, a medida que el festival crecía, el ente que agrupa a los municipios de la zona se hizo cargo de él junto a la asociación Community Heritage Events.
Como muchos otros eventos en todo el mundo, el Faversham Hop Festival fue cancelado durante los años de pandemia, regresando el pasado septiembre con gran éxito gracias a una campaña comunitaria de recaudación de fondos. El centro de Faversham se llenó de nuevo con un mercadillo de artesanía, puestos de comida, música en directo y juegos que tienen al lúpulo como protagonista. Además, los miles de asistentes pudieron volar en globo por la campiña y viajar en un tren de vapor similar al que durante décadas transportó a los trabajadores londinenses a Kent.
Los tours a las instalaciones de Shepherd Neame, patrocinador y a la postre cervecero más antiguo del Reino Unido —con sede en Faversham— también regresaron, al igual que los recorridos por las plantaciones de lúpulo de Edward Vinson, un cultivador especializado en variedades autóctonas británicas desde hace 150 años.
Este 2023, el Faversham Hop Festival garantiza el 1 y 2 de septiembre un programa tan atractivo como el de la pasada edición, pero sus organizadores prometen varias novedades que solo desvelarán cuando sea cortada la primera flor de lúpulo de la temporada.