Entre los siglos VII y XIII, una parte importante del actual Perú estuvo controlada por el imperio Wari, una civilización que alcanzó un destacable nivel político y comercial en la región. Según un reciente estudio publicado en el último número de Antiquity, la revista de arqueología de la Universidad de Cambridge, en su esplendor los Wari habrían desarrollado una cerveza que cumplía una función social desconocida hasta el momento. Ésta era una cerveza alucinógena fabricada por el imperio Wari.
Al igual que en otras civilizaciones de los Andes precolombinos, el consumo de alcohol estaba totalmente integrado en la sociedad Wari, elaborándose una serie de bebidas fermentadas a base de cereales y bayas que popularmente se conocen como “chicha”. Una de las “chichas” más exitosas fue la que usaba como base los frutos del Schinus molle, un árbol al que también se denomina falso pimentero y que da unas bayas de un tono entre rosado y purpúreo muy característico.
Los cerveceros Wari probablemente se decantaron por el molle porque, al contrario que el maíz, no era un cultivo alimenticio. Además se daba bien en toda clase de terrenos y las bayas tenían un mayor contenido de almidón, lo que les permitía elaborar bebidas con más alcohol. Fue a esa cerveza de molle a la que los Wari añadieron semillas de la vilca, unos granos con un alto poder alucinógeno.
El consumo de la vilca no es extraño en las sociedades indígenas de Sudamérica, pero hasta ahora se pensaba que su uso estaba circunscrito a las experiencias chamánicas o magicorreligiosas. Tampoco debe menospreciarse el hecho de que estamos ante la primera evidencia arqueobotánica de la región sobre la adición de un alucinógeno al alcohol.