La Hofbräuhaus es la cervecería más famosa de Múnich y una de las mayores del mundo. Diariamente atrae a miles de personas, convirtiéndola en uno de los grandes atractivos turísticos de la ciudad alemana. Uno de sus clientes ha protagonizado un curioso suceso.
En 1965, cuando tenía 18 años, Celeste Sweeney visitó la cervecería y no pudo resistirse a llevarse una de sus características jarras de barro con el emblema de la HB coronada. Tras 55 años, parece que ha decidido quitarse un peso de su conciencia y devolver la jarra. Lo curioso no solo es que el resarcimiento se produjese medio siglo después, sino que el paquete con la jarra llegase de Estados Unidos. «Robé esta jarra de cerveza de sus instalaciones en el verano de 1965, cuando era joven e imprudente. Lamento no haberla devuelto antes. Ojalá llegue de una pieza. Celeste», rezaba la carta que acompañaba a un envío cuyo franqueo ascendió a 100 dólares.
Seeney, que ahora tiene 73 años y vive en Maryland, ha reconocido que se escapó con la jarra escondida debajo de su gabardina. Al regresar a los Estados Unidos la colocó en una estantería pero nunca más la volvió a usar. Por su parte, la dirección de la HB le agradeció el gesto enviándole una nueva jarra acompañada de una invitación a varias rondas en el local.
Esta anécdota se une a la extensa lista de acontecimientos que se han vivido en la Hofbräuhaus a lo largo de su historia. Con unos orígenes que se remontan a 1589, fue propiedad de la nobleza, pasó a manos del gobierno bávaro y, antes de su ascenso al poder, fue uno de los centros de reunión de Hitler.
Crédito: Hofbräuhaus