El cierre de fronteras y las limitaciones a la movilidad a causa de la pandemia han provocado que miles de personas queden aisladas y que familias hayan tenido que pasar el confinamiento separadas. Para otros, sin embargo, la situación no ha sido tan dramática. Este es el caso de Dominc Townsend y Steve Pond, dos compañeros de piso que han tenido un pub para ellos solos durante varias semanas.
Dominc Townsend consiguió el puesto de asistente del gerente del pub The Prince (en Stoke Newington, al norte de Londres) un par de meses antes de que se aplicaran las restricciones de la COVID-19 y se mudó a la primera planta del establecimiento. La obligación de permanecer en los domicilios y clausurar toda actividad hostelera cogió a The Prince con la bodega llena de barriles de la mejor cerveza británica y las neveras llenas de comida. En una decisión lógica, Dominc decidió compartirla con su compañero, con el que ha pasado el confinamiento jugando al golf y al ajedrez dentro del local y organizando alguna barbacoa en la terraza cuando el tiempo lo permitía.
Tras años de abandono, The Prince recuperó su esplendor victoriano en 2014, cuando fue adquirido por la compañía de pubs independiente Golden Age Public Houses. Operando como free house, el establecimiento cuenta con 20 grifos que sirven cervezas de pequeñas fábricas locales. Según puede verse en las imágenes del Evening Standard, el pub parece una cápsula del tiempo, con las promociones y los eventos deportivos de hace semanas anunciados en las pizarras.