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La Asociación de Fabricantes de Cerveza de España fue fundada en 1922. Este año se conmemora el centenario de una entidad que agrupa a los fabricantes cerveceros nacionales y que desde sus orígenes ha pretendido ensalzar el papel clave que la bebida juega en numerosos aspectos de nuestro país: desde el punto de vista social o cultural así como agente dinamizador del sector económico, pues su elaboración afecta a todos los sectores. Desde el campo y sector primario con el cultivo de sus ingredientes, al secundario con la producción del apreciado líquido y el terciario, con una hostelería y un turismo que incluyen en su oferta esa cerveza que tanto disfruta a diario el consumidor. 

 

En definitiva, un mismo espíritu que el 12 de mayo de 1922 llevó a un representativo grupo de cerveceros españoles a crearla: Estrella de Galicia (Hijos de Rivera), Mahou (ahora Mahou San Miguel), El Águila y Cruzcampo (ahora Heineken España), Damm, Compañía Cervecera de Canarias y La Zaragozana tomaron las riendas de una creciente actividad en un siglo en el que los avances tecnológicos pronosticaban un entorno cambiante y la necesidad de aunar fuerzas para no perder fuelle en el mercado. Esos nombres, a lo largo del tiempo, se han ido incrementando. No en vano, otros de los objetivos de la entidad siempre ha sido contar con el mayor número de cerveceras posible, independientemente de su tamaño, para así afrontar con mayor solvencia los retos.

 

La guerra civil y la llegada de la dictadura determinó que la Asociación diese paso, primero, al  Servicio Nacional Sindical de la Cerveza, y que después pasase a integrar una sección “de Cerveza y Malta” dentro del Sindicato Nacional de la Vid, Cervezas y Bebidas. En una situación de carestía de una posguerra marcada por la autarquía se crea la Sociedad Española de Fomento del Lúpulo, cultivo que se extendió por Galicia y León y que resultó clave para la fabricación. 

 

La calidad de la bebida mejoró y surgió entonces la Asociación Española de Técnicos de Cerveza y Malta. La década de los 60 además de un despegue económico nacional supuso también un paulatino aperturismo del régimen. Esta asociación se incorporó ya a organismos cerveceros internacionales, como la EBC (European Brewery Convention). 

 

Ya al final de la dictadura y durante la transición fue la Agrupación Nacional de Fabricantes de Cerveza de España la encargada de velar por la modernización y los cambios que afectaban a la bebida. El ingreso en la Comunidad Económica Europea y los retos de adaptación que ello suponía determinaron la constitución el 27 de septiembre de 1977 de ANFACE, la Asociación Nacional de Fabricantes de Cerveza, precedente de lo que es hoy Cerveceros de España, si bien habría que esperar hasta 1995 para que tuviese lugar la primera reunión bajo esa denominación. 

 

Como hace un siglo, Cerveceros de España pretende aunar la voces de los distintos agentes de este segmento del mercado y, al mismo tiempo, desarrollar un importante compromiso social y medioambiental. En el primer caso, con iniciativas de prevención dirigidas a grupos especialmente vulnerables —menores y jóvenes, embarazadas, conductores– promoviendo el consumo moderado de alcohol; en el segundo, apostando por el reciclaje en los envases y la economía verde. Igualmente impulsa la presencia del sector cervecero español no solo dentro de  nuestras fronteras, sino también a nivel  comunitario e internacional participando en organismos europeos como Cerveceros de Europa y EBC y siendo parte integrante de la FIAB (Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas). Asumiendo, en definitiva, una labor de investigación, cuidado y protección para un producto, la cerveza, sin el cual no se entiende la cultura ibérica.