El análisis del informe anual presentado este junio por Cerveceros de España en la sede del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, refleja que crecimiento de las ventas y producción no es homogéneo todas las zonas geográficas españolas. Las islas son las peor paradas: Canarias sigue por debajo de los niveles prepandemia, arrastrando un descenso del -0,7% respecto al año 2019; mientras que Baleares, aunque mejorando sus ventas globales, se sitúa un punto porcentual por debajo a sus cifras del citado 2019. La zona noroeste tampoco consigue superar aquellas cifras mientras que el Levante —en Comunidad Valenciana, respecto al 2021, la comercialización de cerveza experimentó un incremento medio de 7,2%– y el sur del país sí progresan adecuadamente.
En esta última región se registra el mayor volumen de venta de cerveza a nivel nacional, con 8,98 millones de hectolitros, casi un cuarto –un 23,07%– del total comercializado en toda España. Le sigue en esta clasificación la zona centro, donde se comercializaron 8,44 millones de hectolitros, un 21,68% del total. La comunidad autónoma con un mayor número de centros de producción sigue siendo Cataluña-un total de 110 centros- seguida de los 72 de Andalucía. Castilla y León y la Comunidad Valenciana cuentan ambas con 41 centros.
Por su parte, a nivel tiempo, la evolución de las ventas en el año 2022 refleja aumentos en todos los trimestres respecto a los datos de 2021. El incremento fue de un 9,3%, de un 18,1% y de un 3,7% en el primer, segundo y tercer trimestre, respectivamente. La destacada subida del segundo trimestre probablemente se deba a una Semana Santa que, acompañada de una buena climatología, animó a la gente al consumo.
El punto negativo en este informe proviene de las cerveceras craft que siguen sin recuperar los niveles previos a la crisis sanitaria generada por el covid 19. En las fábricas cuya producción es menor a los 50.000 Hl se ha observado un descenso del 3%, tanto en fabricación como en número de centros; lo que se traduce -y tomando nuevamente de referencia los datos del periodo prepandemia- en un 35% menos de cerveceras y una producción un 20% menor. Por otro lado, al frente del ranking nacional se sitúa Mahou San Miguel, seguido de Grupo Damm con 12, 81 millones de hectolitros producidos anualmente y 11,34, respectivamente. Completa el pódium Heineken España con 10,7 e Hijos de Rivera con 4,81.
En estos volúmenes cobra cada vez mayor relevancia la exportación. Allí donde la importación se redujo el pasado año un 3,63%, hasta 5,4 millones la exportación, excedió sus propios límites, superando por primera vez los 4 millones de hectolitros- en concreto unos 4,23 millones- lo que supuso un 13,4% más que en 2021 y un incremento del 37% respecto al 2019. Nuestras cervezas tienen como destino prioritario el país vecino –un 28%, creciendo un 16% respecto a 2021– pero además de Portugal, su segundo es Reino Unido, que no solo produce, sino también importa.
Ante lo expuesto cabe plantearse cuáles son los retos de un sector que busca seguir en esta buena dinámica. Una palabra se perfila como clave para el futuro de la industria: la sostenibilidad. Los cerveceros son conscientes de la sequía y del cambio climático y desarrollan planes que pretende reutilizar al máximo las materias primas para reducir su impacto en el medio.
Profundamente involucradas en la investigación I+D lo que de estos proyectos resulte también les servirá para implementar políticas de desarrollo respetuoso con el entorno. La cerveza resulta clave en la economía nacional y, no desconociéndolo, el sector está dispuesto a dejar su impronta, comprometiéndose con el deporte nacional, con las campañas de consumo responsable y fomentando un turismo y una hostelería segura. Llevando todo ello a cabo, ganamos todos y podremos seguir disfrutando de una cerveza nacional en nuestro establecimiento favorito o en nuestras casas.