Cuando Watt anunció en mayo que renunciaba como director ejecutivo de BrewDog —la empresa que cofundó con Martin Dickie en 2007—, hubo mucha especulación en el sector de las bebidas sobre qué haría a continuación. Apenas unas semanas después, en junio, Watt reveló que había invertido en la gama de bebidas funcionales de hongos y CBD Common. Elaborada con cáñamo prensado en frío, la gama de cuatro productos fue fundada por Julian Liban, quien desarrolló un interés en la medicina natural después de estudiar Medicina Celular y Molecular en la Universidad de Bristol.
Ahora, Watt ha lanzado su proyecto con Lixir, una bebida ready to drink californiana a base de hidromiel que lleva «el alcohol más antiguo de la historia, el hidromiel, a los consumidores en cócteles enlatados refrescantes, bajos en azúcar y elaborados con miel orgánica regenerativa, frutas y hierbas».
No es el único que se ha visto atraído por un proyecto que busca dar respuesta a una creciente demanda entre los consumidores de productos fabricados a base de ingredientes naturales, con bajo contenido en azúcar y que siguen técnicas respetuosas con el medioambiente. En el listado de patrocinadores de Lixir se incluyen otros destacados nombres de la industria. Así encontramos a Jack Sinclair CEO de Sprouts Farmers Market, la cadena estadounidense de pequeñas tiendas de alimentación ecológica; Jeff Church, fundador de Suja Juice, que comercializa zumos orgánicos; o a Michael Bedrosian, de Fasttrack.
Collin McKenna, fundador y director ejecutivo de la bebida a base de hidromiel se muestra encantado de dar la bienvenida a bordo a líderes industriales que aportan conocimientos y un apoyo incomparable a su marca. «Nuestros nuevos asesores no sólo aportan décadas de éxito y conocimiento, sino que también comparten nuestra pasión por reinventar el futuro de la industria de las bebidas», afirmó.
Del mango al pomelo: Lixir reinventa las bebidas RTD con hidromiel
La marca incluye un variado catálogo de sabores disponibles que abarcan desde la pera a la lima, mango, naranja y cereza o pomelo. Lixir se anuncia como un proyecto que vela por la sostenibilidad. Objetivo que figura aparentemente como una de las prioridades en su agenda.
La miel utilizada en sus bebidas proviene de una granja de abejas y de una selva tropical en Brasil. Elegir hidromiel como alcohol base, en lugar del vodka o el tequila, que son mucho más comunes entre las RTD, podría ayudar a Lixir a destacarse entre la cada vez más numerosa oferta de estos productos.
Se prevé que esta categoría de bebidas “ready to drink” alcance un valor de 21.100 millones de dólares de ventas en 2027, lo que la posicionará como uno de los sectores de más rápido crecimiento en la industria de las bebidas espirituosas, con una tasa de incremento anual que ascenderá casi hasta el 15%.
No obstante, Lixir no es la única que ha optado por la miel como base: en Reino Unido encontramos a Hive Mind, que hace ya un año puso a la venta su propia gama de productos de hidromiel espumoso elaborados a base de miel 100% británica. Producidos por Wye Valley Meadery en Monmouthshire, presentan un 4% de alcohol en volumen un 1% menos que el 5% medio de los productos Lixir.
Virtue Drinks: una marca emergente con la visión de James Watt
El nombre de Watt también aparece vinculado desde hace unas semanas a Virtue Drinks, una marca de bebidas energéticas, que ha experimentado un rápido crecimiento y que ha decidido contar con el cofundador de BrewDog en el rol de asesor estratégico. Este puesto llega tras la generosa inversión que hizo el propio Watt en la marca. Un producto que llamó su atención pese a que, según sus propias palabras, «rara vez veo una marca de bebidas que realmente me emocione».
Para el fundador y director ejecutivo de Virtue Drinks, Rahi Daneshmand, contar con la experiencia del cervecero lo ayudará a escalar en el negocio a nivel mundial, algo en lo que el escocés tiene bastante que decir, habida cuenta de los números de Brewdog. La cervecera que constituyó con su amigo de la escuela Martin Dickie en 2007, ha crecido hasta convertirse en la mayor cervecería artesanal de Gran Bretaña, con más de 120 pubs y 2500 empleados.
Fuera del mercado de las islas, BrewDog se expandió a Tailandia y planea abrir varios bares en Bangkok. Actualmente, la compañía opera más de 100 bares y hoteles en todo el mundo y el año pasado anunció su propósito de abrir otros 200 locales en mercados clave durante los próximos siete años. Cabe destacar que pese a la renuncia de Watt como director ejecutivo el de Aberdeenshire continúa en la junta de la famosa cerveza del perro.
Lo cierto es que en Virtue Drinks ha unido fuerzas un variopinto grupo de destacados personajes, intuyendo un posible éxito de esta marca. Así, junto a Watt, también intervino en la ronda de financiación de la empresa el futbolista del Crystal Palace Eberechi Eze, que se une así a otro jugador, el ex central del Manchester United e internacional inglés Chris Smalling, quien ya había invertido hace tres años en esta empresa.
Entre éxitos y polémicas: la trayectoria del James Watt, fundador de BrewDog
Vista la tendencia, queda claro que Watt tiene en su punto de mira a las bebidas de moda. Aquellas que, según apuntan los pronósticos, se cree van a ser líderes de ventas en los próximos años. Él mismo dijo en mayo que su futuro pasaba por aprovechar su nueva libertad para viajar, pasar tiempo con familiares y seres queridos —recientemente se ha prometido con una famosa estrella de un reality show, Georgia Toffolo— pero también por contribuir al fomento de las que considera fantásticas empresas emergentes. Inversiones que incluyen curiosas opciones como Yum Bug, un negocio de insectos comestibles. Sus planes podrían llevarlo, a su debido tiempo, a fundar otra empresa.
Lo cierto es que su figura no ha estado exenta de polémica a lo largo de los años. Una publicidad de la que se ha beneficiado desde el primer momento y que puede haber sido calculada en mayor o menor medida. Sea como fuere esa notoriedad lo impulsó, junto al mencionado Dickie, a prosperar desde el garaje de este segundo, donde comenzaron produciendo cerveza en 2007 a dirigir una de las cerveceras más reconocidas de las islas británicas y, por extensión, del mundo.
En 2019, James Watt estaba al frente de un plantel de 2.000 personas y dirigía más de un centenar de locales. Cinco años antes ya había sido nombrado Gran Emprendedor Británico del Año y su presencia era valorada en todo escenario cervecero que se preciase. Logró audiencia con la propia reina Isabel II, en ese honor que se reservaba a las figuras más destacadas.
Las sombras las representaban unas más que polémicas campañas. En ellas se les criticó desde la inconsciencia de sus productos cerveceros, en aquellos años en los que iniciaron una carrera por producir recetas con un elevado contenido de alcohol; hasta la poca mesura de su conducta. Por un vídeo en el que aparece disfrazado de mujer fue censurado por burlarse de las mujeres trans, las trabajadoras sexuales y las personas sin hogar, algo que él siempre negó alegando que la escena fue descontextualizada.
James Watt y la cara menos conocida de su imperio cervecero
No tan descontextualizadas parecen, sin embargo, las numerosas quejas que llegan de los ex trabajadores de la cervecera que lo describen como un jefe tóxico que ha generado en muchos de ellos, según su comunicado, “un sentimiento residual de miedo”. Tampoco las quejas de abuso de poder procedentes de varias trabajadoras en Estados Unidos que manifestaron sentirse “incómodas” e “impotentes” cuando estaban cerca del entonces director ejecutivo. Una de las últimas controversias antes de abandonar su cargo provino de la modificación en la remuneración de los trabajadores de su fábrica.
El pasado enero Watt dejó de pagar a su personal el salario digno real y así, si bien en BrewDog se cobran aún más que el salario mínimo legal fijado en el Reino Unido, la nómina ya no alcanza a cubrir el salario digno real. Una medida que Watt adoptó debido a las dificultades que la empresa experimentó en 2023, como consecuencia del aumento de los gastos de fabricación y energía, y que implicaron pérdidas en su resultado contable. Unos recortes salariales que contribuirían a la estabilidad financiera, según él, pero una justificación que no satisfizo ni a sus trabajadores ni a sus sindicatos.
Por todo ello, parece evidente que su actual perfil bajo en la empresa que fundó se ha articulado como la mejor alternativa tanto para BrewDog como para él. Desde primavera la cervecera busca recuperar la rentabilidad perdida bajo los mandos de un nuevo director y Watt tiene nuevos campos que conquistar con ese carácter que no deja indiferente a nadie.
La trayectoria de James Watt nos muestra cómo el mundo de las bebidas no solo se transforma con sabores y tendencias, sino también con las historias de quienes las lideran. Si te apasiona descubrir las claves del éxito empresarial, las nuevas tendencias en bebidas o los retos de sostenibilidad en el sector cervecero , te invitamos a explorar más contenido en nuestro blog sobre cultura de cerveza Amantes Cerveceros. ¡Visítanos!