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Nuevas botellas con etiqueta de Westvleteren. Fuente Westvleteren.

 

Los monasterios Trapenses no dejan de generar noticias en los últimos meses. Tras el anuncio del cese de la producción en la abadía estadounidense de Spencer, ahora es Sint-Sixtus de Westvleteren la que informa de un cambio en sus legendarias cervezas.

 

Los incondicionales de la Trapense belga pueden estar tranquilos, no se trata de ninguna modificación en las recetas. Tampoco es que ahora la cervezas comiencen a distribuirse a través de canales normales. Nada más lejos de la realidad. Las tres cervezas producidas por los monjes mantendrán el estándar de calidad que ha hecho que estén entre las mejores del mundo y para conseguirlas seguirá siendo necesario solicitar cita y desplazarse al monasterio para recogerlas a medida que estén disponibles.

 

La gran innovación que se anuncia consiste únicamente en que, a partir de ahora, las cervezas de Westvleteren estarán etiquetadas. Algo que, aunque parezca nimio, no es un cambio menor ya que en los últimos 75 años los diferentes tipos de cerveza se distinguían únicamente por el color de la chapa.

botellines

Nuevas cajas de Westvleteren. Fuente Westvleteren.

 

«Con el etiquetaje estamos respondiendo a la demanda de muchos de nuestros consumidores. Es simplemente una tendencia en el mundo de la gastronomía, que trata de comunicar lo más abiertamente posible, algo a lo que nos hemos vuelto más sensibles. A menudo incluso veo por aquí a algunos hermanos estudiando una caja o un pack», comentó al periódico belga Het Nieuwsblad, el hermano Godfried, prior de la abadía.

 

Las etiquetas incluyen todos los requisitos legales, ente ellos los valores energéticos y el alcohol, los ingredientes en tres idiomas e incluso un código QR que enlaza con información complementaria.

 

Quizá, pensando que la etiqueta haría que la imagen de Westvletern perdiese encanto, su tamaños y colocación se ha concebido para que permanezcan ocultas en su característica caja de madera, dejando ver únicamente el vidrio marrón con el anillo distintivo y la inscripción en relieve de “Trapistenbier”.

 

Durante el confinamiento, Sint-Sixtus hizo otra concesión a la modernidad y comenzó a comercializar sus cervezas a través de la web, enviándolas por paquetería a los domicilios de los clientes belgas. Para ello, los monjes diseñaron una caja de cartón que imitaba a su envase tradicional de madera.  Una vez que la situación de pandemia se normalizó, las ventas volvieron a ser presenciales y siempre con un máximo de dos cajas sujetas a disponibilidad.