GRACIAS A LA LINTERNA MÁGICA SE SABE QUE LA LAMBIC ES MÁS ANTIGUA DE LO QUE SE PENSABA

linterna mágica

En muchas ocasiones la Lambic se describe como “el estilo de cerveza más antiguo del mundo”. Producidas gracias a la fermentación con levaduras salvajes en vetustas cervecerías del área de Bruselas en las que no se toca ni una telaraña por miedo a perturbar a los microorganismos y envejecidas en viejas barricas, su sabor áspero alejado de la cerveza habitual hacen que muchos piensen que así debían ser las cervezas en la antigüedad. Quizás fuese así, pero el hecho es que la Lambic apenas tiene trescientos años.

Hasta hace poco, la referencia más antigua que teníamos sobre el estilo se remontaba a dos documentos de 1794. En 1996, el archivista Thierry Delplancq encontró un documento fechado el 21 de noviembre de 1794, que describía una disputa entre un posadero y la viuda de cierto cervecero, Van Assche, sobre cuatro barriles de ‘allambique’ por un valor de 32 libras el tonel. En otro documento fechado el 10 de septiembre del mismo año, se recogen los precios máximos de venta en Bruselas para la Lambic y la Faro —una variedad de la Lambic– fijados por los revolucionarios franceses que habían conquistado lo que ahora es Bélgica.

La actualización de la edad de la Lambic la presenta el activo escritor e investigador cervecero Roel Mulder. Su hallazgo proviene de un panfleto satírico titulado La lanterne magique du Brabant (La linterna mágica de Brabante) impreso en 1787. Precursoras del cine y similares a los proyectores de diapositivas, las linternas mágicas se habían puesto de moda en el siglo XVIII. Consistían en una caja negra con lentes iluminada con una lámpara de aceite en la que se colocaban transparencias pintadas sobre vidrio. Era un espectáculo que ofrecían artistas ambulantes como el que describe el panfleto.

En las nueve páginas del documento se narra la llegada a Bruselas de uno de estos artistas ambulantes proveniente de Saboya y las diferentes proyecciones que hace en las casas de los personajes más importantes del momento. En una de las descripciones de las calles de la capital belga se menciona la presencia de grifos de “le faro, l’alembic, le punch”.

Con el descubrimiento de Mulder, la Lambic resulta ser otros siete años mayor de lo que pensábamos, alineándola además con un texto de 1829, en el que el médico de Lovaina, Jean-Baptiste Vrancken, menciona una Lambic de 42 años. Un pequeño cálculo nos dice que dataría también de 1787. Vrancken nos cuenta que las cuatro personas que bebieron de esta vieja Lambic se emborracharon rápidamente. Sea antigua o joven, la cerveza siempre debe consumirse con moderación.

Cultura de Cerveza

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