La solución: el tapón de corona
Aunque en abril de 1885 Painter registró su primera patente para el “cierre de tapón de botella”, ese diseño no difería mucho de los existentes. El inventor continuó trabajando y el 2 de febrero de 1892 presentó el “tapón corona”.
El “tapón corona” consistía un disco de metal estriado con una fina lámina de corcho que se fijaba firmemente en la parte superior de las botellas. Además de fiable, era barato y desechable.
Convencido de la genialidad de su invención, Painter envió por barco botellas de cerveza cerradas con “tapón corona” a Sudamérica. La cerveza llegó intacta, conservando todas sus propiedades. La repercusión fue muy importante facilitando que cerveceras y de todo el mundo comenzasen a adoptar el sistema.
Painter era muy meticuloso. Tratando de evitar que los consumidores perdiesen piezas dentales al extraer “la chapa” creó un abridor. Ejerciendo una ligera palanca con esta herramienta, el tapón se extraía limpiamente.
Cuando Painter falleció, en 1906, su empresa tenía fábricas en Estados Unidos, Europa, Asia y Sudamérica. A principios de la década de 1930 la Crown Cork and Seal era la responsable de tapar más de la mitad de las botellas del planeta.