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Milwaukee y el Gran Incendio de Chicago: el nacimiento de los barones cerveceros

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Los fabricantes de cerveza de Milwaukee saben muy bien que las desgracias de unos pueden derivar en fortuna para otros. Los periódicos del momento informaron que la noche del 8 de octubre de 1871, en la granja que Patrick y Catherine O’Leary tenían en el número 137 de la DeKoven Street de Chicago, una vaca tiró un farol encendido. Las llamas prendieron en el granero de la familia y el fuego se extendió rápidamente desde el suroeste de la ciudad hacia el centro y el norte, zona en la que se encontraban las fábricas de cerveza.

El otoño estaba siendo especialmente seco, los almacenes y los graneros estaban llenos y la mayoría de las construcciones eran de madera. Todo ello facilitó la propagación de las llamas, provocando que el incendio creciese sin control durante dos días. Solo pudo ser controlado con la ayuda de la lluvia ya que, además, las instalaciones dedicadas al suministro de agua habían ardido en los primeros estadios de la catástrofe.

Una vez que las llamas se apagaron, las autoridades contabilizaron 300 fallecidos, 100.000 personas sin hogar (la población en aquellos momentos era de 325.000 habitantes) y 17.000 edificaciones destruidas. Entre esos edificios se encontraban cinco de las doce fábricas de cerveza que operaban en la ciudad, incluida la Lill and Diversy Brewery, la cervecería más grande del oeste de Estados Unidos. Fundada en 1835, la Lill and Diversy –o “la cervecería de Chicago” como era popularmente conocida– empleaba a 75 trabajadores, ocupaba una manzana completa de la ciudad y fabricaba Porter, Stout y su popular «Lill’s Cream Ale”, una de las marcas más famosas del país.

Contrariamente a lo que cabría esperar, el incendio no deprimió a Chicago. La reconstrucción fue prácticamente inmediata, atrayendo a cientos de trabajadores, muchos de ellos de origen alemán, que necesitaban apagar su sed con cerveza. Los productores locales fueron incapaces de atender la demanda, situación que aprovecharon sus vecinos de Milwaukee que vieron como sus ventas aumentaban un 44%.

 

Una ciudad en reconstrucción, ¡y sedienta de cerveza!

 

La reconstrucción estimuló un gran desarrollo económico y un crecimiento de la población sin precedentes. En 1880, solo nueve años después del incendio, el censo de Chicago contabilizaba 500.000 habitantes y una década después alcanzaba el millón, solo siendo superada por Nueva York. Lejos de quedarse dormidos y conformarse con ese nuevo y apetitoso pastel, los cerveceros de Milwaukee se lanzaron a competir a nivel nacional. 

Fue una decisión acertada porque los mercados locales pronto se saturaron (en 1885, Chicago ya contaba con 33 fábricas de cerveza) y ellos podían beneficiarse de unos costes de expansión comparativamente más bajos que sus rivales de Nueva York o Filadelfia. La creciente red ferroviaria también ayudó a la apertura de mercados y para 1895 tres de las cinco mayores cerveceras nacionales estaban ubicadas en Milwaukee. 

Estas eran Best (posteriormente rebautizada como Pabst), Schlitz y Blatz. Son tres nombres que, junto a Miller, perduraron hasta la Prohibición y convirtieron a Milwaukee en la capital de la cerveza de Estados Unidos, todo gracias a la ayuda de una vaca que, al igual que su propietaria, sería absuelta de la acusación de provocar el incendio.

 

Los ‘barones de la cerveza’ de Milwaukee

 

Con la consolidación de la industria cervecera estadounidense comenzó a usarse el término ‘beer barons’ para referirse a aquellos hombres —generalmente de origen alemán y con propensión a casarse con las viudas de sus antiguos empleadores— que dirigían negocios de unas dimensiones nunca vistas hasta entonces. En Milwaukee, con su pujanza nacional especialmente tras el incendio de la vecina Chicago, convivían varios de esos barones. Las historias de la feroz competencia entre ellos han llegado hasta nuestros días, de forma muy destadada las protagonizadas por Frederick ‘capitán’ Pabst y su rival, Joseph Schlitz. 

Pabst, que hasta la compra del negocio cervecero de la familia Best había sido capitán de un barco de vapor en el lago Michigan, era especialmente beligerante, pero también un astuto hombre de negocios. En 1893, ‘el capitán’ se convirtió en el primer cervecero estadounidense en vender un millón de barriles. 

Fue un récord que quedó algo deslucido por el eslogan «La cerveza que hizo famosa a Milwaukee» que comenzó a usar Schlitz. Pabst respondió sarcásticamente con su propio lema: «La cerveza de Milwaukee es famosa; Pabst la ha hecho así». Sin embargo, tal como sostiene el autor especializado en la historia cervecera de Milwaukee, Carl Miller, es posible que Joseph Schlitz tuviese la última palabra en su rivalidad. 

Antes de su trágica muerte durante un naufragio en el Atlántico, en 1875, Joseph había dejado escrito en su testamento que la cervecería nunca llevara otro nombre que no fuera Schlitz, algo que devolvió revolver al ‘capitán’ en su tumba.

 

Frederick J. Miller

Este emigrante proveniente de de Friedrichshafen, en Württemberg, había aprendido a elaborar cerveza en su Alemania natal. En 1855, solo un año después de llegar a Estados Unidos y haber probado fortuna en Nueva York, adquirió la cervecería Plank Road y los biergartens que Charles y Lorenz Best tenían en Milwaukee. 

Como otros ‘beer barons’ de la ciudad, Frederick y sus herederos se beneficiaron de las diversas situaciones que vivió esa región de Estados Unidos, especialmente de los aluviones de emigración centroeuropea. También fue una de las cerveceras que sobrevivió a la Prohibición y a la posterior crisis económica gracias a una diversificación de las inversiones.

 

Frederick Pabst

Originario de la pequeña localidad alemana de Mettenheim, Jacob Best emigró a Milwaukee en 1844. Allí fundó la Empire Brewery que dirigió con sus hijos Phillip, Jacob Jr., Charles y Lorenz. Buscando la independencia familiar, Charles Best abrió la Cervecería Plank Road, que terminaría siendo el germen de Miller Brewing. En 1866, Phillip vendió el negocio cervecero familiar a sus yernos Emil Schandein y Frederick Pabst, que conservaron el nombre hasta la muerte del primero, en 1888. 

En ese momento, ya bajo la dirección de Frederick, pasó a denominarse Pabst Brewing Company, pero mantuvo la "B" en su logotipo para simbolizar la conexión histórica con la familia Best. Pabst fue pionera en la comercialización de cerveza en lata en una fecha tan temprana como 1935 y en la apuesta por una distribución nacional de sus productos.

 

Joseph Schlitz 

Los orígenes de la cervecería Schlitz se encuentran en un pequeño negocio fundado en 1844 por August Krug en Milwaukee. Tras su muerte, en 1856, la cervecería pasó a ser propiedad de su empelado Joseph Schlitz, que se casó con la viuda de Krug.

Schlitz fue uno de los primeros cerveceros en confiar en la distribución nacional a gran escala a través del ferrocarril, alcanzando un gran éxito que apenas pudo disfrutar, ya que falleció en 1875 en un accidente marítimo. Curiosamente, la dirección de la cervecería pasó a los hermanos Uihlein, sobrinos del fundador August Krug. 

A principios del siglo XX, Schlitz se convirtió en la mayor cervecera de Estados Unidos, posición en la que se iría alternando con sus rivales hasta los setenta. En 1999, tras numerosos intentos, Pabst se hizo con el control de la marca Schlitz, pero se vio obligada a conservar el nombre por un viejo epígrafe en la escritura de la empresa.

 

Valentin Blatz 

Hijo de un cervecero, el bávaro Valentin Blatz emigró a Estados Unidos en 1849. En Milwaukee consiguió trabajo en la City Brewery de John Braun, pero pronto abrió su propia fábrica. A la muerte de Braun, Valentin se casó con su viuda y fusionó los dos negocios. En 1872 un incendio destruyó las instalaciones de la cervecería. 

Con la indemnización construyó una de las fábricas más modernas de Estados Unidos, volcando sus esfuerzos en el embotellado y convirtiéndose en la primera cervecería de Milwaukee en distribuir sus productos a nivel nacional. La Prohibición fue especialmente dura con Blatz, que pasó por diferentes manos. Bajo los auspicios de una empresa neoyorkina de destilados consiguió mantener su estatus durante un tiempo, pero la caída no pudo ser frenada y terminó en manos de Pabst en 1958.

 

¿Te ha fascinado esta historia de fuego, rivalidad y cerveza?
Lo que sucedió en Chicago en 1871 no solo cambió una ciudad: marcó el nacimiento de una nueva era cervecera. Pero este es solo un sorbo de todo lo que el universo de la cerveza tiene por contar.

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