LA REINA ISABEL II YA TIENE SU PROPIA ALE

Pocas casas reales han sabido explotar mejor el marketing que la británica. En lo que se perfila como otro annus horribilis de la monarca, tras enviudar y la sonora entrevista de Oprah Winfrey a Harry y Meghan, la reina Isabel II sigue en el ojo del huracán.

Más allá de polémicas personales, en los últimos años los Windsor han desarrollado una línea de productos de merchandising a base de bebidas y la cerveza que hoy comentamos es la última incorporación a esa lista.

Así, se une al ya comercializado vino –Windsor Great Park Vineyard Sparkling Wine– y a su ginebra asociada al palacio de Buckingham, elaborada con componentes extraídos de los jardines del edificio para producir la que era –como es bien sabido– la bebida diaria de la reina madre e imprescindible en el Gin y Dubonnet, que es el cóctel favorito de la actual.

La nueva cerveza ha sido bautizada como Sandringham, su residencia navideña en Norfolk y a día de hoy, en la tienda de regalos del edificio real ya se venden dos variedades. Por un lado, la Sandringham Best Bitter, con un 4,3% de alcohol y con una liebre en su etiqueta; por otro, la clásica Golden IPA, con un 5% de alcohol y con un faisán ilustrándola. Ambas representando gráficamente la riqueza silvestre de los bosques de la hacienda, donde abundan estos animales así como otras especies. Ambas, a su vez, empleando Organic Laureate Spring Barley, la cebada cultivada para el patrimonio real y usando de base el agua extraída de un pozo cercano. Las dos están producidas en Norfolk por una cervecera local, reforzando el vínculo con la comarca en una concesión otorgada por la misma reina. 

Cultura de Cerveza

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