Conflictos con la nobleza por la producción de cerveza
La producción de cerveza en los monasterios también fue problemática. La nobleza no veía con buenos ojos esta actividad y consiguió que se cerrasen las cervecerías de algunas abadías. Sus protestas se debían a que los monasterios se habían convertido en lugares propensos a los excesos. También buscaban menoscabar el poder de la Iglesia y acabar con la exclusividad de la elaboración de cerveza que los religiosos ostentaron durante mucho tiempo.
Finalmente se consiguió eliminar ese privilegio, pero los monasterios conservaron el monopolio de la comercialización de algunos ingredientes para la fabricación. La venta de levadura estaba en esa lista, pero era el gruit —una mezcla de hierbas y especias— el que más beneficios aportaba.
A medida que la producción de cerveza se convirtió en una actividad comercial y la iglesia perdía poder en Europa, la actividad cervecera en los monasterios fue decayendo. Desapareció casi en su totalidad tras la Revolución Francesa y las Guerras Napoleónicas. Finalizado estos conflictos, algunos monasterios belgas retomaron la producción como una fuente para obtener recursos. Estas abadías de la orden Trapense continúan elaborando cerveza y en los últimos años se ha incrementado el número de ellas que cuentan con una fábrica.
En otros casos, el pasado monacal de la cerveza se conserva en populares marcas “de abadía”, pagando el cervecero un canon a la Iglesia por el uso del nombre.
EL LÚPULO EN LOS MONASTERIOS
En los monasterios de Fontanelle (Normandía), St. Denis (París) y Saint-Germain-des-Prés (París) se conservan documentos del siglo VIII en los que se menciona el lúpulo. Por eso no es extraño que sea una abadía la que conserva la primera evidencia de su uso en la elaboración de cerveza.
En el 822, Adelardo de Corbie, abad de algunos de los monasterios más importantes de su tiempo y consejero del emperador Ludovico Pío, dentro de las Consuetudines Corbeienses —las normas de funcionamiento de sus abadías— menciona las tareas de recogida de lúpulo y uso en la producción de cerveza.
El cultivo del lúpulo también está muy bien documentado desde mediados del siglo IX en los registros de Freising. En esta localidad bávara cercana a Múnich se levanta la abadía benedictina de Weihenstephan, que goza del título de la cervecería más antigua del mundo (1040).