La Revolución Francesa, aún con unos ideales loables, degeneró en un época de terror en la que murieron decenas de miles de personas. A las revueltas entre jacobinos y girondinos se le unieron los intentos de intervención de potencias extranjeras.
En este contexto tan turbulento emergió la figura de Napoleón Bonaparte.
El general corso da un golpe de estado el 9 de noviembre de 1799 (el 18 Brumario), acaba con la forma de gobierno del Directorio e impone el Consulado. Inicialmente el Consulado parece respetar los principios republicanos, pero pronto se revelan las auténticas aspiraciones imperiales de Bonaparte. Como primer Cónsul, Napoleón se convierte en dictador de Francia y su gobierno adquiere tintes que recuerdan a los de la monarquía absolutista.
Los éxitos militares fortalecen las ambiciones expansionistas de Napoleón que anexiona grandes territorios, y para 1806 la mayor parte del continente europeo forma parte del Primer Imperio Francés. Solo Inglaterra se opone al dominio francés. Fracasado el intento de invasión de las islas y viendo la imposibilidad de conseguir una victoria militar por el poderío naval británico, los franceses pretenden ahogar económicamente a Inglaterra imponiendo un bloqueo comercial. Esta situación tendrá enormes consecuencias para la actividad cervecera británica, que en aquel momento era la puntera.
Napoleón establece un control férreo de los puertos europeos. Es por esa época cuando el general descubre la Berliner Weisse, un estilo que es de su agrado al recordarle al vino espumoso, de ahí que se refiera a ella como “el Champagne del norte”.
Las escaramuzas en el mar acaban casi siempre con la derrota de franceses y muchos marineros y oficiales son hechos prisioneros y trasladados a Inglaterra. De esos hechos dan fe los nombres de algunos pubs que todavía están en activo, destacando el Old Sheeer Hulk, es un local londinense que en su denominación hace referencia a los cascos de los barcos situados en tierra y sujetos con estacas. En Woolwich, donde está situado el pub, se concentraban varios de estos cascos, que eran usados como calabozos para los prisioneros franceses.En suelo británico se padece la escasez de algunas materias primas y el gobierno impone medidas restrictivas e impuestos para financiar la guerra con Francia. Entre 1799 y 1804, el impuesto sobre la cerveza se duplicó, dando lugar a variantes de los estilos habituales.
Además de cerveza, los británicos consumían grandes cantidades de vino francés y portugués. Dada la imposibilidad de conseguir caldos, los cerveceros potenciaron los matices más vínicos de sus recetas. Mediante guardas más prolongadas en toneles de roble se lograban Porters con notas ácidas y sabores que recordaban al clarete francés. Usando mucha más malta, el cuerpo y el alcohol de la cerveza aumentaba notablemente. Si además se maduraba en barriles se obtenía un vino de cebada (Barley Wine) muy sabroso y contundente.
La mayoría de los países europeos fueron conscientes de que el bloqueo les perjudicaba seriamente. Gran Bretaña era la economía más industrializada y todos necesitaban comerciar con ella para adquirir productos manufacturados y venderle materias primas. Esto hizo que floreciese el contrabando, utilizándose en Malta y Gibraltar como base para esta actividad en el sur de Europa y en el Mediterráneo.
En el norte, partir de 1809 los británicos intensificaron el comercio por el Báltico y el Mar del Norte, convirtiendo el puerto sueco de Göteborg como su principal base. La dureza de las travesías y el clima frío hizo que los cerveceros británicos desarrollasen recetas que se comportasen mejor en estas situaciones.
Napoleón era consciente de que el bloqueo no estaba consiguiendo sus resultados y presionó a los países europeos que menos colaborativos se mostraban con el embargo. El caso más destacable fue el de Rusia, cuando Alejandro I decidió reanudar el comercio con Gran Bretaña en 1812, Napoleón invadió el país.
La leyenda cuenta que uno de los motivos de la decisión del zar fueron las quejas de su corte por la falta de cerveza inglesa, pero sea verídica o no, la realidad es que la Grande Armée perdió entre 500.000 y 700.000 hombres en Rusia, propiciando el colapso del Imperio Francés, la consiguiente caída de Napoleón y la consolidación de Gran Bretaña como una nueva potencia mundial.
Estudios recientes han concluido que el bloqueo no era solamente una medida contra las importaciones británicas sino una forma de abrir los mercados continentales a los productos franceses en unos momentos en los que Francia había perdido su mercado colonial.
Fue precisamente durante el bloqueo –y aprovechándose del limitado poder naval francés- cuando los ingleses ampliaron el comercio con Asia. La India se convirtió en uno de los principales destinos de los buques mercantes ingleses que transportaban grandes cantidades de cerveza: había nacido la India Pale Ale.