La Abadía de San Sixto, en Westvleteren, ha reanudado la venta de cerveza tras dos meses de pausa por la COVID-19. Este monasterio trapense, fundado en 1831 en Westvleteren (Flandes Occidental), produce unas exclusivas cervezas que gozan de gran reputación por su calidad y exclusividad y que solo se venden en la puerta de la Abadía y en cantidades limitadas.
La Abadía de San Sixto —-Sint-Sixtusabdij van Westvleteren en neerlandés— comenzó a comercializar sus cervezas a finales del siglo XIX, pero buscando mantener su vida de clausura (“Elaborar para vivir. No vivir para elaborar”, como reza su lema), tras la Segunda Guerra Mundial, los monjes decidieron que solo venderían sus cervezas en la puerta.
Gracias a diferentes artículos, y sobre todo después de que el portal especializado RateBeer considerara su Westvleteren 12 como “la mejor cerveza del mundo”, las colas de clientes que esperaban para adquirir alguna caja de sus cervezas se incrementaron hasta llegar a causar problemas de circulación. Para evitarlo, los monjes establecieron diferentes sistemas de reserva: primero telefónicamente y, más recientemente, a través de internet; pero siempre con la obligación de registrar la matrícula del vehículo y comprometerse a no revender la cerveza. El número habitual de caja por cliente es de dos, pero excepcionalmente permiten comprar tres.
El anuncio del regreso a la actividad ha supuso el alta inmediata de 5.000 nuevos clientes. Esto garantiza que ninguna caja de Westvleteren quedará sin vender (algo que en estos momentos está al alcance de muy pocos cerveceros).