Conservando el patrimonio industrial cervecero. Bruselas (I)

Shezad Dawood es uno de los artistas multidisciplinares británicos más interesantes de su generación. Formado en el londinense Royal College of Art, sus trabajos abarcan los campos de la pintura, la escultura, las performances y la realidad virtual. Parte de estas disciplinas están aplicadas en Night in the Garden of Love, una obra inspirada en el músico, compositor y erudito afroamericano Yusef Lateef que estos días acoge el Centro de Arte Contemporáneo Wiels de Bruselas.

Si el trabajo de Dawood ya es sorprendente –además de la experiencia de realidad virtual, los textiles pintados o las plantas digitales que crecen en respuesta a la música de LateeF, el visitante podrá interactuar con un mutante vivo que baila por las diferentes salas—, no lo es menos el espacio de la capital belga donde se encuentra su exposición.

El Centro de Arte Contemporáneo Wiels es un gran ejemplo de la conservación del patrimonio industrial, en este caso relacionado con la cerveza. Originalmente, el edificio de estilo art déco fue el buque insignia de los negocios de los Wielemans, una familia de cerveceros bruselenses que dominó la actividad en la región durante una buena parte del siglo XX, especialmente en el período de entreguerras. En este período, pese a los problemas derivados de los conflictos bélicos —entre ellos el robo del cobre por parte de las tropas de ocupación alemanas—, llegó a emplear a más de mil trabajadores.

Fue en 1930 cuando Léon Wielemans le encargó a su amigo, el arquitecto Adrien Blomme, que diseñase una nueva fábrica en el distrito de Forest. Las instalaciones, además de cumplir su cometido como centro de producción, debían dar fe de su poderío económico, algo que logró gracias a una gran torre que todavía hoy luce el nombre Wielemans-Ceuppens (los apellidos de las dos ramas de la familia que entró en el negocio de la cerveza como blenderer de Lambic, en 1862).

Los periódicos de la época reflejan lo que supuso la apertura; la nueva fábrica de Bruselas era en ese momento una de más modernas de Europa, tanto arquitectónica como técnicamente. Además de la torre, sorprendía por su sala de cocimiento, visible desde el exterior gracias a los grandes ventanales.

La Brasserie Wielemans-Ceuppens estaba destinada a la producción tanto de cervezas de alta fermentación como de baja fermentación, estilos que habían irrumpido con gran fuerza en Bruselas, arrinconando a la Lambic. Precisamente Wielemans había sido el primer cervecero belga en lanzar una Lager; lo hicieron en la década de 1880 con su Bavière y Petite-Bavière, cervezas con las que obtuvieron un éxito sin precedentes.

Tras la Segunda Guerra Mundial los negocios cerveceros de Bruselas sufrieron momentos de incertidumbre. A los cambios de gustos se sumó la entrada de competidores internacionales y la continuada necesidad de inversiones, algo que no todos pudieron hacer. Los Wielemans navegaron por esas aguas con bastante fortuna, pero a finales de la década de 1970 el negocio fue vendido a su competidor de Lovaina, Artois, que cerraría la planta de Bruselas en 1988 e iniciaría los planes para demolerla y vender el solar.

Es en este momento cuando aparece la figura de Guido Vanderhulst. El creador del Museo de la Industria y el Trabajo de Bruselas, inició una potente campaña para salvar la cervecería como parte de su proyecto global de protección del patrimonio industrial de la capital. Afortunadamente, el pionero Vanderhulst recibió el apoyo de vecinos y autoridades, consiguiendo frenar la demolición.

Finalmente, el gobierno de Bruselas expropió la propiedad y le encontró el uso actual. Vanderhulst —fallecido en 2019– todavía tuvo tiempo de convencer a los políticos de que la maquinaria también merecía ser salvada y en 2015 comenzó un ambicioso programa de restauración bajo la

denominación de Wielemans Machines. La parte más visible de este trabajo son las bellas calderas de cobre que actualmente forman parte de la decoración de la recepción y de la cafetería del museo, pero hay mucho más. Instrumentos y equipo que cualquier apasionado de la historia de la cerveza sabrá apreciar.

Anótenlo para su próximo viaje a Bruselas, la Brasserie Wielemans-Ceuppens está a apenas media hora caminando desde la Gran Place. Cuando estén allí brinden a la memoria de Guido Vanderhulst,

  1. La familia Wielemans también tenía negocios en hostelería, el más importante era el Hotel Métropole de Bruselas.
  2. En la prensa se describió como «un modernismo perfecto, desde el punto de vista industrial, el más hermoso construido en Bélgica».
  3. El proyecto, financiado con el Fondo Baillet-Latour ganó el prestigioso premio que otorga la Unión Europea y Europa Nostra por la salvaguardia del patrimonio cultural europeo.
  4. La casa de máquinas se convirtió en el hogar de un centro cultural y la biblioteca en neerlandés de Forest/Vorst.
Cultura de Cerveza

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