Parental Access
Estrella Galicia

Antes de darle caña...

¿Eres mayor de edad?

Confirma que tienes más de 18 años.
Hola, Tienda
Se ha enviado un email para restablecer su contraseña
Se ha producido un error al enviar un email para restablecer su contraseña

Con el parón ocasionado por la pandemia de COVID-19, cervecerías de todo el planeta se han encontrado con tanques y almacenes llenos de cerveza que nunca podrán comercializar. Muchas de ellas se han visto obligadas a deshacerse del líquido con la consiguiente pérdida económica, pero en otros casos han buscado una fórmula de reciclaje. Una de las más interesantes es la que ha puesto en práctica la cervecera artesanal japonesa Kiuchi (conocida internacionalmente por Hitachino Nest): convertir la cerveza en ginebra

 

 

Abierta a mediados de la década de 1990 en localidad de Naka (prefectura de Ibaraki), los orígenes de Kiuchi se remontan en realidad a 1823, una época en la que estaba centrada en la producción de sake y destilados. Por eso, en estos momentos difíciles que estamos viviendo, la japonesa ha recurrido a su pasado y ha ofrecido a sus clientes cambiar la cerveza que no han podido vender por botellas de ginebra.

 

Ocho litros de ginebra por cien de cerveza

 

 

Los establecimientos solo tienen que enviar la cerveza a las instalaciones de Kiuchi, en el Barrio Chiyoda de Tokio, para que sea destilada y embotellada de nuevo. Por cada 100 litros de cerveza Hitachino Nest (la gama de cervezas que usa como logotipo un simpático búho), el bar se lleva totalmente gratis 8 litros de ginebra. La propuesta ha sido tan bien acogida que la compañía ha anunciado que la planta original de Naka y la que tienen en Ishioka también comenzarán a destilar.

 

 

En las pasadas semanas, la asociación comercial Brasseurs de Francia ya advirtió que 10 millones de litros de cerveza se han perdido; mientras que en el Reino Unido uno de los organismos comerciales habla de 50 millones de pintas estancadas en los bares. La vida media de un barril de cerveza pasteurizado es de unos 4 meses desde que sale de fábrica, mientras que la no pasteurizada puede estropearse en la mitad de tiempo.