Cuando Berlín fue ocupada por las tropas de Napoleón, los soldados franceses se aficionaron a la cerveza local, apodando a la Berliner Weisse como “Champagner des Nordens“ o el Champagne del norte. Esta característica hace idónea a la cerveza lambic para celebrar la Navidad.
Ese sobrenombre, su elevada efervescencia, y las notas frutales podrían convertir a la Berliner Weisse en una eficaz alternativa a los espumosos a la hora de brindar estas Navidades, pero nuestra elección proviene de otra parte de Europa.
Las cervezas Lambic comparten algunas características sensoriales y conceptuales con la Berliner Weisse. Ambas se elaboran con una porción de trigo, el lúpulo apenas deja su impronta, la acción de los lactobacilos se responsabiliza de parte de su perfil ácido y las dos corrieron serio peligro de desaparición hasta el actual interés por los estilos históricos.
Aún así, y sin restarle importancia a los germanos, no hay duda de que los cerveceros belgas han hecho un trabajo mucho más eficaz en la promoción y preservación de sus estilos, concediendo a la cerveza un tratamiento de producto gastronómico que es envidiado en todo el mundo.
Presentadas en botellas tipo Champagne y con idénticos cierres en forma de corcho sujeto con alambre –el morrión– que impide que el tapón salga disparado por la acción del carbónico, las Lambics garantizan una experiencia muy interesante en Navidad, antojándosenos el momento ideal para que profanos y aficionados a la cerveza acostumbrados a sabores más accesibles las descubran.
Orígenes de la cerveza Lambic
En el caso de que algún comensal osado se atreva a tachar nuestra selección de Lambics de copia del Champagne, aprovecharemos para compartir con él unas pequeñas pinceladas de conocimiento.
Podremos recordarle que muy probablemente fueron los cerveceros los que solucionaron un grave problema que padecían los vinos espumosos. Según algunos historiadores, en sus comienzos, una buena parte del Champagne se malograba al estallar el vidrio a causa de la presión. No hay que olvidar que hasta no hace mucho la mayor parte de las bebidas se consumían directamente del tonel.
Fueron precisamente los cerveceros Lambic los que –seguramente de forma involuntaria– trabajaron en más estrecha colaboración con los productores de espumosos.
Los bodegueros solo tenían una oportunidad para comprobar que su trabajo había sido exitoso ya que dependían de una cosecha de uva.
Por el contrario, los cerveceros podían producir cerveza varias veces al año. Este hecho permitió dar con el vidrio adecuado y un envasado tan eficaz que sería imitado por los sucesores de Dom Pérignon.
Posteriormente, en un claro ejemplo de lo que ahora denominaríamos economía circular o sostenibilidad, algunos fabricantes de Lambic comenzaron a reutilizar las botellas vacías que recuperaban de grandes restaurantes y otros establecimientos donde se consumía mucho Champagne.
Aún con unos orígenes que con toda seguridad son bastante anteriores, la Lambic se menciona por primera vez en 1794, pero la referencia escrita sobre la variedad de esta cerveza de fermentación espontánea que más similitudes tiene con el espumoso es más reciente.
Cerveza Geuze
De la Gueuze –o Geuze– se habló por primera vez el 18 de octubre de 1844. Fue en el periódico L’indépendance Belge comentando que una cervecería de Bruselas había enviado 200 botellas de gueuse-lambick a Constantinopla; su cliente era el sultán Abdul Medjid.
Algunas fuentes del momento describen a la Gueuze como una mezcla de Lambic joven y vieja. No obstante, otras hablan de ellas como una Lambic vieja en botella. Incluso como una Lambic en botella que no se había mezclado o endulzado.
Hoy en día la Gueuze es una mezcla de Lambic vieja con Lambic joven. La joven todavía contiene azúcar por lo que al mezclarla y embotellarla se produce una nueva fermentación. Este proceso genera dióxido de carbono, lo que da como resultado una cerveza carbonatada con una agradable espuma.
En cuanto al origen etimológico del término Gueuze, las teorías son tan abundantes que incluso algunas fuentes la relacionan tangencialmente con el Champagne. Se sabe que a aquellos que se oponían a la ocupación española -y más tarde a los liberales- se les conocía como “Geus”. Uno de los “Geus” más famosos fue el alcalde de Lembeek, de quien se dice adaptó el Méthode Champenoise a la producción de Lambic. Curiosidades para hacer más interesante la cena de Navidad.