La tercera ciudad de Alemania es otro de los destinos imprescindibles para los amantes de la cerveza. La capital de Baviera nunca estuvo escasa de cerveza gracias a una nobleza que siempre favoreció esta bebida, pero fue con el desarrollo en la región de las técnicas modernas de producción cuando se aupó al Olimpo de las ciudades cerveceras.
En Múnich, el viajero se encontrará con los mejores ejemplos de las grandes tabernas que asociamos con Alemania. Locales en los que la cerveza se sirve en jarras de litro y se acompaña con salchichas, embutidos y codillos. Pero además, la ciudad es sede de la mayor fiesta cervecera del mundo, la Oktoberfest, y acoge un buen número de biergartens, jardines pensados para disfrutar de una Helles, una Dunkel, una Maibock o una Weissbier, las cervezas habituales en la región.
Proponemos dos recorridos muy fáciles de hacer caminando. El primero de ellos toma como base la concurrida Marienplatz.
1. HOFBRÄUHAUS
Am Platzl 9
La Hofbräuhaus es, sin duda, la taberna más famosa del mundo y quizás la más grande, con capacidad para más de 3.500 personas. Originalmente fue sede de la fábrica real –de ahí su nombre “Cervecería Real”- y sigue sirviendo exclusivamente las cervezas que durante varios siglos se produjeron en el lugar y ahora son gestionadas por el Gobierno Bávaro, propietario de la marca HB.
Repleta de turistas y siempre amenizada por una estruendosa banda de metal, el centro de la Hofbräuhaus es el Schwemme, el gran salón central que en el pasado albergó la sala de cocción de la cervecería. Más acogedoras son la sala Stadelheim o y el coqueto biergarten, pero si tiene oportunidad no debe dejar de subir a las plantas superiores, con buenas vistas a la plaza fueron zonas concurridas por personajes históricos como Adolf Hitler, Sissi, Mozart o Lenin.
2. WEISSES BRÄUHAUS
Tal 7
Al igual que la Hofbräuhaus, la Weisses Bräuhaus también albergó una fábrica, en este caso especializada en Weissbier, la popular cerveza de trigo. Durante siglos producida en exclusividad por los nobles bávaros, cuando se liberalizó su elaboración y comercio, el estilo fue decayendo. La familia Schneider fue de las pocas que continuó dedicada exclusivamente a él y su cervecería muniquesa permaneció como uno de los templos dedicados al trigo.
Originalmente en la Weisses Bräuhaus (o Schneider Haus, como también es conocida popularmente) solo se vendían las especialidades de la casa en botella, pero tras la reforma de 2007 muchas están disponibles en barril. Además, el local ha ampliado sus dependencias y la carta de platos tradicionales bávaros es más extensa.
3. SPATENHAUS AN DER OPER
Residenzstraße 12
El nombre Spaten es sinónimo de tradición cervecera. A principios del siglo XIX, uno de sus cerveceros, Grabriel Sedlmayr revolucionó la producción de esta bebida, aplicando los descubrimientos científicos y la tecnología en todos los estadios del proceso.
Aunque la marca Spaten ahora es propiedad de uno de los grandes colosos cerveceros, sigue contando con una fábrica en el centro de la ciudad y el mejor local para disfrutar de su maltosa Helles es la Spatenhaus.
Situada frente a la imponente ópera de Múnich, nos encontraremos con un local elegante en el que el servicio es esmerado. Ya sea en su concurrida terraza o en un coqueto rincón de sus salas, no duden en acompañar su cerveza con alguna propuesta de la carta, que ofrece platos bávaros con un toque de modernidad muy interesante.
4. AYINGER AM PLATZL
Am Platzl 1
Frente a la Hofbräuhaus y con un interior mucho más moderno, pero aún así clásico y acogedor, la taberna de la cervecería Ayinger es otra parada imprescindible en Múnich. Con casi 20 años funcionando, la Ayingers am Platzl es el escaparate de esta cervecería familiar situada a 30 kilómetros al sur de Múnich y que es conocida por su amplio catálogo de especialidades.
De todas ellas no deben dejar de probar su Kellerbier, una Helles sin filtrar ni pasteurizar realmente fresca y compleja que se sirve directamente de barriles de madera. Si quiere probar otras recetas les recomendamos que las acompañen con alguna de las salchichas de su carta, tienen fama de estar entre las mejores de Múnich.
5. LÖWENBRÄUKELLER
Nymphenburgerstraße 2
Vinculada a Löwenbräu, otra de las cervecerías históricas de Múnich, la Löwenbräukeller es una de las tabernas más imponentes que podemos encontrarnos. Abierta en 1883, durante décadas fue la mayor del mundo, pudiendo albergar a más de 8.000 comensales.
Aunque conserva mucho del esplendor de los viejos tiempos –sus propietarios invirtieron una enorme suma en la apertura del local- y no se aprecian los daños causados por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, la Löwenbräukeller ha reducido su capacidad, aún así, la enorme sala a la que se accede a través de una torre y su biergarten siguen estando muy concurridos.
Algo alejada del centro, pero muy cerca de la estación de tren, es perfecta para imaginarse como era la vida en Múnich un siglo atrás.