El antiguo Egipto sigue despertando una fascinación sin parangón entre todas las antiguas civilizaciones. A pesar de que desde hace décadas se trabaja intensamente en sus tierras, esta región continúa siendo uno de los mayores yacimientos arqueológicos del mundo y cada año genera sorpresas que contribuyen al mantenimiento de su estatus.
Dada la importancia que la cerveza tenía para los faraones no es de extrañar que periódicamente los yacimientos generen valiosísima información para los historiadores de esta materia. El último de estos descubrimientos es especialmente importante por su envergadura y las más que probables conclusiones que se podrán extraer sobre cómo se producían las primeras cervezas de la humanidad.
Hace unas semanas, las expedición de la Universidad de Nueva York dirigida por el Dr. Matthew Adams desenterró la que se cree es la fábrica de cerveza de gran capacidad más antigua del mundo. Un centro de producción que se remonta a la época en la que el rey Narmer gobernaba el país, hace unos 5.000 años. Unificador de Egipto, son bastantes los arqueólogos que identifican a Narmer con Menes, el primer faraón de la Primera Dinastía.
El yacimiento situado en la antigua Abydos, una ciudad del Alto Egipto que fue la capital del país hacia el final del período predinástico y durante el gobierno de las primeras cuatro dinastías, consta de unas 40 tinajas de barro que se utilizaban para calentar la mezcla de agua y cereal con la que se obtenía la característica cerveza egipcia.
Alineadas en dos filas y ancladas en el lugar mediante palancas de arcilla dispuestas verticalmente en forma de anillos, las vasijas están separadas en 8 secciones que ocupan un área de 20 metros de largo por 2,5 metros de ancho y 40 centímetros de profundidad. Según el Dr. Adams y su colega egipcio Mostafa Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, la fábrica tenía una capacidad para producir lotes de 22.400 litros de cerveza, bebida que muy probablemente se destinase tanto a los rituales funerarios como al consumo de los trabajadores.
Una vez que se anunció este descubrimiento surgieron a la luz las anotaciones de una expedición británica de principios del siglo XX. En esos textos se menciona un emplazamiento con unos restos similares, pero estos arqueólogos perdieron su localización y con ello la oportunidad de pasar a la historia como descubridores de un capítulo extraordinario de nuestro pasado cervecero.