Los celtas, la cerveza y el secreto de la marmita

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Los celtas fueron unos avezados cerveceros, con un estilo propio en la elaboración de cerveza y recetas especiales para «dar coraje». Pero en esta relación de los celtas y la cerveza, las tribus de cada región tenían sus propias particularidades.

Los celtas era un grupo de tribus originarias de Europa central que alrededor del 1200 a.C. se extendieron por todo el continente europeo y las islas británicas. Estas tribus, aún con notables diferencias, compartían idioma, creencias religiosas, cultura y tradiciones. Entre ellas, la elaboración de bebidas fermentadas.

El cultivo del grano se extendió por el centro y el norte de Europa en el Neolítico, hace unos 6.000 años. A partir de ese momento los pueblos celtas desarrollaron una tradición de elaboración de cerveza que se diferenciaba notablemente de la surgida en el Mediterráneo.

La fabricación a base de pan remojado no era frecuente ya que las masas fermentadas y horneadas no eran un alimento habitual en el continente europeo. Con la excepción de algunas regiones de la Península Ibérica que tuvieron contacto directo con los fenicios, el uso de grano malteado tampoco fue significativo. Si a los celtas del norte se le ocurría remojar el grano y dejarlo secar al aire libre, en lugar de producir malta, con casi total seguridad obtenían un cereal estropeado por el moho.

Con el tiempo, los celtas incluso llegaron a desarrollar una depurada técnica para construir recipientes de madera como cubos y toneles para la cerveza.

La receta especial de los druidas

La caelia, la cerea o la cervesia —algunas de las formas en las que era conocida la cerveza en aquella época— formaba parte de la dieta de los celtas, pero se cree que los druidas tenían algunas recetas especiales que influían coraje a los guerreros antes de las batallas.

Además de recibir una denominación diferente, los arqueólogos han encontrado que la cerveza de cada región tenía sus peculiaridades. Así, se sabe que la cerveza de la Península Ibérica se elaboraba habitualmente con una variedad antigua de trigo.

El contacto con los romanos favoreció que los celtas fuesen adoptando el vino como bebida principal. La cerveza perdió protagonismo y en regiones como la Galia o Hispania desapareció casi completamente, quedando relegada a las Islas Británicas.

Otro factor que cambió la forma en la que se elaboraba cerveza fue el contacto con las tribus germánicas. Entre el 300 a.C. y el 100 d.C. los celtas fueron expulsados de Europa Central por “pueblos bárbaros” que remojaba los cereales, a continuación los molían, los mezclaba con agua y dejaban fermentar el líquido resultante al aire libre. No hay duda de que esa cerveza debía tener un sabor muy poco agradable, de ahí que le añadiesen diferentes plantas y miel.

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En “Astérix en Bélgica”, aún tratándose de un cómic, hay continuas referencias a la importancia del consumo de cerveza entre los galos. Su autor, Albrert Uderzo, era un gran conocedor de la historia de los pueblos celtas y así lo reflejó en sus obras.

Cultura de Cerveza

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