Ni siquiera un sector con tanto encanto como el de la cerveza está libre de sus rincones oscuros. Hace unas semanas, Brienne Allan, responsable de producción de la cervecería craft Notch Brewing de Massachusetts, pidió a las mujeres de la industria que compartieran en su cuenta de Instagram las experiencias de discriminación que habían vivido.
A partir de ese momento, un torrente de historias de acoso, sexismo y agresiones salieron a la luz, demostrando que la idílica industria craft estadounidense es un entorno bastante tóxico para las mujeres, que tienen que soportar algo más que comentarios sarcásticos y preguntas groseras.
Aunque en muchos casos las denuncias compartidas por Allan fueron anónimas, en otros salieron los nombres de aquellos que las habían protagonizado o las habían consentido, desencadenando una cadena de dimisiones, despidos y anuncios de programas para erradicar estas prácticas tan deplorables.
De estos últimos, los más ambiciosos son los que está liderando la Brewers Association, –la asociación de cerveceros estadounidense– agrupando varias iniciativas para combatir la toxicidad, la violencia, la desigualdad, la discriminación y la injusticia en la industria. Según la Brewers Association, para construir una comunidad cervecera floreciente e inclusiva, todas las empresas dentro de la industria deben trabajar para crear lugares seguros que fomenten el respeto, el empoderamiento y la ausencia de acoso o discriminación de cualquier tipo.
Además de incluir estos programas de concienciación en eventos de la importancia de la Brewers Conference, la Brewers Association ha organizado una serie de webinars focalizados en la prevención del acoso sexual.
Comentarios