Sí, habríamos hecho hielo con la misma pasión y por supuesto, seguiríamos siendo igual de inconformistas.
Nos hubiésemos metido en las miasmas locuras y habríamos llegando las neveras de los bares (bueno, los congeladores) y sí, seguramente y también hubiésemos creado un Hielo de Pimientos de Padrón que dejaría la lengua pegada a más de uno.
Pero aún así, mucho mejor (y mucho más rico) habernos decidido hacer 120 años por el camino de la cerveza ¿no?