Las 4 cervezas con los nombres más inapropiados

En 2015, Ali Drucker, redactora de la web de viajes y gastronomía Thrillist publicó una lista de las que, a su juicio, eran las 13 cervezas con los nombres menos afortunados del momento. La mayoría de ellos tenían detrás un componente sexual que, una década después, a casi todos nos parecen trasnochados y fuera de lugar. Aun así, algunos productores siguen insistiendo en una línea de comunicación propensa a generar problemas y daños reputacionales de los que es difícil recuperarse.

Mezclas de cerveza históricas

Y es que el marketing cervecero no está escaso de decisiones fallidas. La más importante de los últimos años quizá sea la campaña contratada a la activista transgénero estadounidense Dylan Mulvaney, que ha tenido como consecuencia el desplome de las ventas de una de las marcas más importantes en Norteamérica. En el caso de Irlanda, la polémica no viene firmada por ninguna gran compañía, sino que surge de las barras de sus pubs.

Nos encanta idealizar la cultura cervecera de la isla esmeralda. La vinculamos con una desbordante pasión por la Stout, la Irish Ale, y las celebraciones de San Patricio, pero no son pocos los irlandeses que mantienen una relación un tanto cuestionable con la bebida. Novelas, películas, canciones y series ambientadas en el país han tratado un idilio que bien podría resumirse en la afirmación del dramaturgo Brendan Behan: «Sólo bebo en dos ocasiones: cuando tengo sed y cuando no».

¿Qué es la “black and tan”?

Conociendo un poco de su vida, no creemos que a Behan le sorprendiese que una de las bebidas más vendidas en algunos pubs de Dublín sea actualmente una mezcla de dos cervezas de barril diferentes. Para conseguirla, primero se debe servir una Ale tostada hasta la mitad de un vaso de pinta y después se añade una Stout. Si se vierten correctamente, al tener cada cerveza una densidad diferente, se formarán dos capas perfectas que solo se mezclarán en el último trago. Es la «black and tan», término que hace referencia a los llamativos colores del combinado y cuya segunda acepción, con toda seguridad encolerizaría al escritor. 

¿De qué está hecha la “Three Threads”?

Aunque fue en Estados Unidos donde realmente se popularizó, los historiadores creen que la «black and tan» surgió en Inglaterra a finales del XIX como una más de las variadas mezclas “half-and-half” que hacían los taberneros londinenses para atraer clientes o dar salida a barriles que habían evolucionado mal. No hay que olvidar que durante décadas incluso se ha defendido que la Porter nació en los pubs como «Three Threads», una mezcla de dos o tres cervezas diferentes.

¿Cómo es la boilermaker?

Todavía hoy es frecuente ver en las barras de algunos bares de Norteamérica a clientes acompañando su jarra de cerveza con un pequeño vaso de whisky. Tras dar un par de sorbos a la cerveza, lo habitual es vaciar en ella el destilado. Esta combinación que podría estar hermanada con la «black and tan» recibe el nombre de “boilermaker” y también fue llevada al nuevo mundo por los británicos.

Se dice que la Porter fue un gran éxito entre los porters, la fuerza laboral que movía las mercancías en el Londres del XVIII. Unas tareas tan pesadas requerían de bebidas que además de refrescar sirviesen como reconstituyente, y al parecer la Porter cumplía esa función tan bien como más tarde haría el mencionado combinado de whisky y cerveza con los boilermakers, los trabajadores que fabricaban las calderas de las máquinas de vapor. 

Entonces, si no es difícil imaginarse la escena de grupos de operarios dirigiéndose a un pub tras una dura jornada laboral —o antes de ella— y pedir un trago de whisky con una cerveza, o incluso podemos aceptar que en una jarra se combinen cervezas diferentes, ¿por qué habría de molestar a Brendan Behan que en Irlanda alguien pida ahora una «black and tan»?

La respuesta la encontramos en la historia, concretamente en uno de los capítulos más oscuros de la independencia irlandesa, causa con la que Behan y su familia estuvieron muy implicados.

La gran polémica de los “black and tan”

A finales de 1919, cuando las acciones del IRA se intensificaron, ante la escasez de efectivos en la Policía Real Irlandesa —una unidad dirigida por los británicos— el gobierno de Londres reclutó a antiguos soldados de la Primera Guerra Mundial desempleados. La escasez de uniformes hizo que esta fuerza paramilitar malpagada tuviese que ser equipada con excedentes, usando la característica chaqueta caqui del ejército británico y los pantalones negros de la policía, de ahí que fuesen apodados como “black and tans” (negro y caqui). Era una forma de ridiculizarlos, ya que esos colores también los usaban los Scarteen Hunt, los cazadores de zorros de Limerick.

Los “black and tans” pronto fueron conocidos por su brutalidad, pero el domingo 21 de noviembre de 1920 pasarían a ser una de las figuras más odiadas de la historia de Irlanda. Esa misma mañana, el IRA había ejecutado a catorce ingleses acusados de pertenecer a la inteligencia británica. En represalia, “black and tans” atacaron a los espectadores de un partido de fútbol gaélico que se estaba celebrando en Dublín, asesinando a catorce civiles e hiriendo a otros sesenta. Fue uno de los primeros domingos sangrientos marcados en rojo en el calendario de un conflicto que se prolongaría décadas. 

Por esta razón, pedir un “black and tan” en un Irish Pub es algo tan poco recomendable como hacer un “Irish car bomb” en una taberna londinense. El “coche bomba irlandés” se nos antoja otro ejemplo de mal gusto por su nombre y concepción. Consiste en dejar caer un pequeño vaso de crema de whisky irlandesa en una pinta de Stout, algo que —permitidnos el humor negro—, es a todas luces un atentado contra el buen gusto. 
¿Quieres conocer más historias como esta? Visita nuestra sección de Historia del blog de Amantes Cerveceros y conoce más anécdotas cerveceras como esta.

Cultura de Cerveza

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