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A principios de este siglo, Dale Katechis, fundador de la cervecería de Colorado Oskar Blues, tomó una decisión que indiscutiblemente hará que figure en la historia de la cerveza. Lo que hizo fue romper un juramento no formal de la cerveza artesanal. Denostadas por su relación con los productos de bajo precio que eran consumidas por personas con escaso criterio, los craft brewers veían en las latas un anatema de la misma dimensión que los adjuntos o los extractos.

 

Hoy, más de veinte años después, la práctica totalidad de la cerveza craft que no se envasa en barril lo hace en lata. Las argumentaciones para ello son variadas. Además de las mejoras técnicas del envase (a lo mejor habéis escuchado que actualmente ya no tiene ese característico sabor metálico), está el hecho de que bloquean la luz ultravioleta, mantienen un excelente sellado, son ligeras, fácilmente transportables, ocupan poco espacio, tienen más superficie para decorar y su reciclaje es óptimo.

 

Con todas estas cualidades, y la posibilidad de integrar su uso en los esfuerzos de sostenibilidad de las empresas, ¿por qué algunos cerveceros están volviendo al vidrio?

 

 

LA RAZÓN POR LA QUE EL VIDRIO ES MÁS SOSTENIBLE QUE LAS LATAS DE ALUMINIO

 

En 2021, Carlsberg puso en marcha su programa ‘CERO’ en la India. Es un referente al que otros competidores han prestado bastante atención. El vidrio es uno de los principales flujos de residuos domésticos y comerciales de la India, donde el 70% de la basura recogida sigue sin tratarse, lo que provoca enormes problemas que van desde la insalubridad a la falta de espacio en los vertederos.

 

Es una historia que se repite en casi todos los países emergentes en los que la mayor parte de la cerveza se comercializa en botella. Aun así, para algunos expertos, pese a esos problemas —y a las menores virtudes frente a la lata–, si se gestiona adecuadamente en un modelo de reutilización, la botella de vidrio es el envase más respetuoso con el medio ambiente gracias a su baja huella de carbono.

 

Corrobora esta conclusión un estudio que hizo en 2022 Rabobank. Concluye que cambiar las “botellas de vidrio unidireccional” por retornables podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de esos envases en un 80%. Después de los barriles, el vidrio retornable genera las segundas emisiones más bajas de gases entre los envases de bebidas, con 9 kilogramos de CO2 por hectolitro de cerveza envasada. Las emisiones por cada hectolitro enlatado en aluminio estarían entre 23 y 31 kilos.

 

La diferencia es considerable, pero a pesar de ese potencial, son pocos los gobiernos que han invertido en sistemas e infraestructuras que harían posible la reutilización del vidrio, dejándolo en manos del mercado.

 

 

REUTILIZACIÓN ANTES QUE EL RECICLAJE

 

El anteriormente mencionado informe de la cervecera danesa es muy claro en lo que a la reutilización se refiere. Con cada botella reutilizada, la energía usada para crear una botella nueva se reduce a la mitad al evitarse el fundido. Esto también redunda en la conservación de recursos naturales usados en la producción de vidrio y en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. «Las emisiones de carbono se pueden reducir significativamente facilitando la devolución de las botellas de vidrio a los centros de recogida>>.

 

Ahorra materias primas, reduce la demanda de energía y reduce las emisiones de CO2. Por ejemplo, cuando una botella de cerveza se reutiliza cinco veces en lugar de tres (el promedio en la India), la huella de carbono se reduce significativamente a menos de una cuarta parte del impacto de una botella de vidrio de un solo uso», concluye el documento.

 

En Estados Unidos, algunas cerveceras comienzan a compartir esa tesis, especialmente en un momento en el que la venta fuera de su zona de influencia es cada vez más complicada y la única opción es centrarse en el mercado de proximidad. El periodista especializado en cerveza John Holl se hizo eco hace un par de meses de que un grupo de cerveceros de Oregón se habían organizado para volver a las botellas retornables. Detrás de este programa está Ben Love, cofundador y cervecero de Gigantic Brewing de Portland, quien propuso a sus colegas unificar las botellas de vidrio y crear una cooperativa que las recogiese y devolviese lavadas a cada fábrica para su reutilización.

 

Love tuvo la idea tras ver lo que estaban haciendo grandes empresas como Johnson & Johnson o Unilever que han comenzado a trabajar con envases retornables y tratando de convertirlos en una parte habitual de sus negocios. De momento, la iniciativa va despacio, pero el cervecero no se desanima y está decidido a mantenerse firme e intentar que la gente más concienciada con la ecología compre cerveza en botellas retornables. «Todos tiramos toneladas y toneladas de cosas, por lo que reutilizarlas es mejor que reciclarlas porque el impacto energético es realmente bajo. Al final del día sé que las latas son más ligeras. Si vas de mochilero o vas al lago es mucho más fácil llevar unos six-packs de latas, pero creo que la gente disfruta mucho más la experiencia de beber de una botella», defiende Love.

 

 

INICIATIVAS PARA FOMENTAR EL USO DE BOTELLAS REUTILIZADAS

 

Casi al mismo tiempo, en el estado de Washington entraba en funcionamiento un programa con un objetivo similar, en este caso promocionado por las autoridades que habían retirado el impuesto sobre los envases a las cervecerías que envasaban sus productos en botellas de vidrio reutilizables.

 

La iniciativa giraba alrededor de ZEWA, una nueva empresa que ofrece a particulares y empresas el servicio de recogida y tratamiento de envases para que puedan ser reutilizados con una estructura similar a la cooperativa de Portland. «Si no reutilizamos los materiales, los costes de envasado aumentan. El 40% del vidrio «reciclado» va al vertedero. Son 70 millones de botellas y envases de vidrio los que terminan diariamente allí. Además, si separamos el vidrio en los contenedores de reciclaje aumentamos las tasas de recuperación de otros materiales», sostiene John Morrison, cofundador y director ejecutivo de ZEWA, la nueva empresa de reutilización de vidrio en Washington. 

 

Kate Bernot recogía en Beer&Brewing el interés cada vez mayor de los cerveceros por programas de este tipo. Entre los factores que estaban convergiendo para hacer finalmente que la reutilización del vidrio sea una opción viable citaba el aumento de los costes de embalaje, que desalentaban a los fabricantes de bebidas a comprar vidrio nuevo. La principal causa de ese incremento de precio estaría en la disminución de la oferta mundial de arena de sílice.

 

 

LA ARENA DE SÍLICE: UN RECURSO FINITO PARA LA FABRICACIÓN DE VIDRIO

 

Este tipo de arena (la que se puede convertir en vidrio) es finita y está disminuyendo debido a que también se utiliza para fabricar hormigón y chips de computadora. La arena de sílice se está extrayendo de la tierra mucho más rápido de lo que es sostenible y eso sólo resultará en precios más altos para el vidrio en el futuro. En la Unión Europea, donde la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo aprobó el pasado 24 de octubre una Propuesta de Reglamento sobre los envases que trata de promover la reutilización, funciona desde hace años en muchos países un sistema de depósito.

 

No obstante, el uso de vidrio retornable en la industria cervecera se ha dejado en manos de cada fabricante, haciendo prácticamente imposible su implantación en los pequeños productores por los costes del equipo necesario. 

 

Una opción viable para ellos sería la de Loop, una iniciativa de origen estadounidense que entró en Europa de la mano de Carrefour Francia. Loop ofrece al cliente los mismos productos que en el lineal convencional, pero con envases retornables. Viene a ser un sistema de depósito tecnológicamente avanzado en el que se gestiona la devolución de lo que se ha pagado por el envase una vez que se devuelve, pero además Loop clasifica, almacena y devuelve los envases higiénicamente limpios a los fabricantes para que los rellenen.

 

En contra juega un estudio reciente realizado que muestra que algunos consumidores son muy leales y están comprometidos a utilizar botellas retornables, mientras que a otros les resulta molesto devolver las botellas vacías a la tienda. Los más críticos con la botella de vidrio como envase de futuro, citan su peso y sobre todo la fragilidad, pero los avances en este campo son notables.

 

En 2022, el Grupo Vetropack, uno de los principales productores europeos de envases de vidrio, presentó la primera botella retornable del mundo fabricada con vidrio templado, ligero (210 gramos en lugar de los 300 de una botella de 33 centilitros) y resistente a la abrasión, lo que se traduce en mayores índices de circulación y un ahorro de costes de transporte.

 

Fue probada con éxito en un proyecto piloto en la cervecería austriaca Mohrenbrauerei, donde después de tres años y hasta 12 ciclos, los envases apenas mostraban desgaste en las superficies de contacto y una gran parte de ellos podían seguir clasificándose como ‘nuevos’, lo que no ocurre con las botellas estándar después de tantos ciclos y sería imposible con las coloridas latas de las cerveceras craft.

 

De hecho, en Estrella Galicia apoyamos continuamente iniciativas que van desde la digitalización hasta el proceso de fabricación y envasado para ir hacia un mundo cada vez más sostenible. Aprende más sobre ello en nuestra tribu de amantes artesanos, ¡únete y participa!