Corren buenos tiempos para Budějovický Budvar: por segundo año consecutivo, sus cifras de producción muestran una tendencia creciente que nos habla de un trabajo muy bien hecho. En 2024, la cervecería estatal checa distribuida por Hijos de Rivera alcanzó una producción récord de 1,927 millones de hectolitros, superando los 1,865 millones conseguidos un año antes.
Este incremento no solo responde a un buen comportamiento en el mercado local, sino que viene respaldado por una subida del 4% en las exportaciones a los más de 70 países en los que la cerveza de Budweis está presente. Desde su nacimiento, en 1896, el mercado exterior siempre ha sido especialmente importante para la fábrica de České Budějovice, representando en estos momentos más del 70% de la producción total.
«Los resultados del año pasado confirman que nuestra estrategia a largo plazo es la correcta. Hemos logrado crecer tanto a nivel nacional como internacional, incluso en mercados donde el consumo de cerveza está en declive. Con unas ventas récord de 1,927 millones de hectolitros, hemos alcanzado otro hito histórico», declaró el director de Budějovický Budvar, Petr Dvořák, que destacó el papel de la cervecera como actor importante en los mercados internacionales, cumpliendo su principal objetivo: difundir el buen nombre y la alegría de la auténtica cerveza checa.
Además de consolidar mercados como Alemania, Polonia, Eslovaquia o el Reino Unido, donde la marca siempre ha tenido gran presencia, la cervecería se ha expandido a zonas más lejanas. 2024 fue el turno para Nueva Zelanda y Camboya. En el mercado nacional —extremadamente competitivo–, Budvar aumentó sus ventas un 1,7% en comparación con el año anterior y continuó fortaleciendo su colaboración con microcervecerías checas, aspecto que generó grandes elogios en la comunidad craft.
Aleš Dvořák y la apuesta de Budvar por las microcervecerías
En 2024, Budějovický Budvar lanzó cuatro cervezas especiales de edición limitada en colaboración con las microcervecerías Zlatá Kráva, Dva Kohouti, Cobolis y Lucky Bastard. Fue un paso más en la estrategia que dirigida desde hace unos años por Aleš Dvořák. El maestro cervecero ha ido ganando protagonismo en la cervecera estatal checa y se ha convertido en la imagen de Budějovický Budvar, desempeñando las mismas funciones de promoción que durante décadas recayeron en el legendario Josef Tolar.
Dvořák ocupa el cargo de beer sommelier, puesto desde el que dio forma al proyecto de colaboración con otros productores. Anteriormente, el mencionado Tolar había sido pionero en el apoyo a las comunidades locales de cultivadores de lúpulo y cebada, pero el sumiller de Budvar fue un paso más allá y su apuesta se dirigió a los cerveceros más pequeños.
El primer capítulo de esta experiencia piloto estuvo protagonizado por la Pivovar Clock, una pequeña cervecería del pueblo Potštejn que se encuentra entre las más activas de la escena craft checa, un segmento en el que operan unas 400 fábricas. Fue solo el inicio y en 2022 Budvar elaboró cuatro ediciones limitadas en cooperación con Thrills, Permon, Volt y Sibeeria. Hasta el momento, Dvořák ha establecido cooperaciones con casi medio centenar de microcervecerías. De todas ellas, probablemente la colaboración que más aplausos haya recibido ha sido “Mad Berry”, una Sour elaborada en Mad Cat, craft con la que Budějovický Budvar mantiene una estrecha relación.
Situada en el pueblo de Jihlava, Mad Cat abrió sus puertas en 2011 en un antiguo club de música y solo cuatro años después se convirtió en la mejor cervecería artesanal de la República Checa. En la etiqueta de Mad Berry, podía verse a Aleš Dvořák pilotando una moto futurista claramente inspirada en el mundo de “Mad Berry”.
“Cold ButBold” y el salto internacional de Budějovický Budvar
La primera edición limitada de este 2025 es «fresca, aromática, amarga y muy bebible». “Cold ButBold” llega abalada por Martin Hromádka, cervecero de la microcervecería Antoš, y se englobaría dentro de las Cold IPAs, un estilo moderno que combina el distintivo sabor a lúpulo de la IPA con el carácter fresco de una Lager. Elaboradas con levaduras de baja fermentación, la fermentación las Cold IPAs se realiza a temperaturas más altas. «Gracias a esto, tiene algo de ambas categorías: un amargor más intenso y un cuerpo fresco. Es una especie de rebelde a la que no le gusta que la clasifiquen en categorías clásicas», comentó Aleš Dvořák.
«En Antoš teníamos experiencia previa elaborando Cold IPA, pero era la primera vez que Budvar hacía algo así. Y todo encajó a la perfección. Durante la elaboración, experimentamos especialmente con el lúpulo. Aleš, a quien conozco desde hace muchos años, optó por el lúpulo estadounidense Elani y yo por el alemán Tango. El resultado tiene un sabor realmente delicioso», añadió Martin Hromádka al describir la colaboración. Los cerveceros también utilizaron distintos tipos de cereales, entre ellos la malta “Red X”, que Budvar utiliza para producir la cerveza Budvar Redix, o incluso copos de arroz.
La campaña de colaboraciones no ha quedado restringida a las fronteras de la República. En los últimos años los cerveceros checos visitaron el Reino Unido, Berlín y Copenhague. En Bakewell, Brož elaboró la “Czech Mates” junto a la Thornbridge Brewery. Se trataba de una Lager con un claro perfil bohemio, pero en la que se usó malta Maris Otter cultivada en Gran Bretaña, lúpulo East Kent Goldings, agua del Peak District y la cepa de levadura de Budvar.
En el proceso no faltó la tradicional decocción de la Escuela Centroeuropea y un tiempo de lagering mucho más prolongado de lo habitual en el Reino Unido. El paso por Berlín no fue menos interesante y son muchos los que todavía recuerdan “OK, ¡Czech!”, una Lager muy refrescante producida junto a BRLO. No obstante, la colaboración más mediática estuvo patrocinada por el pionero de los gypsy brewers.
En la capital danesa, Brož unió fuerzas con Mikkel Bjergsø, fundador de Mikkeller, consiguiendo "Yearofthelager". La receta estaba inspirada en la tradición que Bjergsø tiene cada Nochevieja, costumbre que consiste en brindar porque el año entrante sea "el año de la Lager", el momento en el que —por fin– los consumidores comenzarán a apreciar una cerveza de este estilo sabrosa y bien madurada.
Entre guerras, pandemias y privatización, Budvar resiste y se fortalece
Lucidas colaboraciones aparte, los resultados positivos obtenidos por Budějovický Budvar estos dos últimos años también han conseguido alejar el fantasma de la privatización. Es un tema que siempre ha acompañado a la cervecera tras la caída del Muro de Berlín y que ha tenido como impulsor a un coloso estadounidense con el que comparte nombre.
Como para la mayoría de las fábricas de todo el planeta, la pandemia frenó muchos de los planes de Budějovický Budvar e hizo resurgir esos viejos fantasmas que parecían olvidados. Esos temores a una privatización volvieron a aparecer cuando estalló la guerra en Ucrania, que trajo consigo restricciones a las exportaciones a Rusia.
La pérdida de este mercado se tradujo el año de la invasión en una reducción del 1,5% (la cervecería fabricó en 2022 1,79 millones de hectolitros). En los años previos a la guerra, Rusia era junto a Alemania, Polonia, Eslovaquia y Gran Bretaña, uno de los cinco mercados de exportación más importantes para la cervecera, representando unos 10,4 millones de euros.
El incremento de precios de energía y materias primas derivados del conflicto, al igual que la inflación, también lastraron los beneficios de la empresa en 2022. Si bien no hubo pérdidas, dejó de tener la rentabilidad a la que estaban acostumbrados en el gobierno. Esta nueva situación hizo que algunas voces se preguntasen si lo más adecuado para una fábrica de cerveza era ser propiedad de un estado.
Con la caída del comunismo, Budvar fue candidata a la venta a algún gran grupo cervecero mundial, pero los diferentes gobiernos —aun con discrepancias— decidieron que continuase formando parte del patrimonio nacional. Presidentes como Miloš Zeman y Václav Klaus se pronunciaron en su día al respecto, rechazando ambos la posibilidad de que la empresa pasase a manos privadas.
El gobierno actual, no solo ha descartado la posibilidad de privatizar la compañía, sino que confirmó que sus planes van justo en la dirección opuesta; seguir apostando por su expansión y retomar las inversiones aplazadas. En un mundo tan convulso, Budějovický Budvar parece haber encontrado su hueco.
Budějovický Budvar ha demostrado que una cervecera estatal puede liderar con fuerza en un mercado global hipercompetitivo sin renunciar a sus raíces.
¿Y tú?
¿Ya has probado alguna edición especial de Budějovický Budvar? ¿Te animas con una Cold ButBold o sueñas con una “Yearofthelager”?
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