Mark Eitzel en sala Taboo foto Theyedropper

Mark Eitzel en sala Taboo foto Theyedropper

Imposible no caer rendido a los pies de un músico como Mark Eitzel. No solo por su trayectoria (él fue quién en los 80, con su banda American Music Club, llamó la atención de agrupaciones como Sonic Youth, Yo La Tengo o R.E.M); sobre todo por su voz y por su arrolladora y casi apabullante presencia sobre el escenario. Tener delante a Mark Eitzel mientras éste deja la acústica, coge el micro y se arranca a cantar las confesiones más íntimas que componen “Hey Mr. Ferryman”, su último disco, o cualquiera de sus nueve anteriores en solitario, es reconciliarte con el mundo. Y eso pasó anoche, en una nueva cita del American Autumn SON Estrella Galicia en la sala Taboo (Madrid) y lo mejor es que volverá a repetirse este lunes (30 noviembre) en el Auditorio Municipal de Ourense.

Mark Eitzel en sala Taboo foto Theyedropper

Por favor, apagad las terribles luces azules del escenario...” pedía amablemente Eitzel casi al comenzar el concierto. Y las terribles luces azules fueron apagadas ¿resultado? un penumbroso escenario (hay que dar gracias que las fotografías que acompañan esta crónica se tomaron antes de este momento) que sin embargo contribuyó al ambiente familiar, íntimo, de confesiones, que predominó durante todo el concierto. Porque si ya de por sí la música del norteamericano invita a eso, ni qué decir tiene que verla en un espacio como la sala Taboo, con un público respetuoso y poco dado a hablar (¡importante reseñarlo!), fue poco menos que sanador, reconfortante.

Mark Eitzel en sala Taboo foto Theyedropper

En formato cuarteto compuesto por teclas, guitarra acústica, bajo y batería, Mark Eitzel no olvidó sus tiempos en American Music Club y recuperó algún tema de antaño, algo que nos hizo recordar por qué estamos ante uno de los mejores y más sensibles compositores que ha dado la música americana en los últimos tiempos.

Mark Eitzel en sala Taboo foto Theyedropper

Pero además, anoche fuimos testigos de cómo Mark Eitzel también muestra su parte más divertida cuando saca su vena de storyteller y cuenta alguna de sus fugaces andanzas sentimentales. De ese palo, optimista, hasta divertido, (en lo que a melodías se refiere) van canciones como “The Last Ten Years”, que abre su último disco, primer y flamante trabajo en tres años, del que también escuchamos conmovedores temas como “Nothing and everything”. Se nos hizo corto, siempre se nos hace corto con figuras así, pero podremos volver a disfrutar de él este lunes gracias a American Autumn SON Estrella Galicia.