roncho en el Festival do Norte

Prometía un cartel inolvidable y en su primera jornada el enganche fue espectacular, incluso peleando contra los elementos y las inclemencias del tiempo. El Festival do Norte regresa para darlo todo.

Es una de las citas imprescindibles del verano festivalero gallego, y eso que ha tenido que vérselas con lluvias torrenciales, cambios de ubicación y demás inclemencias. Pero es igual, el Festival do Norte es una verdadera inauguración musical del verano, y con ese espíritu se acercaron cientos de personas a la Illa de Arousa para disfrutar un cartel ecléctico y atractivo a partes iguales.

La tarde arrancó en el Auditorio, primer escenario de la Jornada, cuando el sol aún lucía en el cielo y el ambiente era más de playa que de concierto. Pese a todo la afluencia en el directo de White Bats era más que respetable. Oscuros, con cierto toque Morrison, mucho guitarreo y mucha actitud, la banda logró convencer con un sonido que perfectamente podría haber encajado en cualquier local nocturno bien entrada la noche. De hecho, un buen puñado de espectadores dejaron a un lado los prejuicios para saltar de la butaca y bailar en primera fila.

Llegaba entonces el turno de Polock. La banda presentaba nuevo trabajo, “Rising Up”, después del enorme éxito alcanzado con “Getting down from the Trees”, y   Arrancaron con energía y convenciendo al público desde el primer rasgueo de guitarra, y transformaron el auditorio en una fiesta noctura, mientras fuera el sol seguía altivo y desafiante.

Poco le duró… tan poco, que cuando llegó el turno de La Bien Querida la lluvia ya había hecho acto de presencia con la intención de quedarse. “Premeditación, Nocturnidad y Alevosía” no logró alejar el chaparrón y pero sí consiguió que hasta los más temerosos de la lluvia dejasen su resguardo para acercarse a bailar con la artista, encargada de inaugurar el escenario Estrella Galicia en esta primera jornada. Entre bromas sobre el tiempo “esto es Galicia” y deliciosos temas fue llegando el turno de «Poderes Extraños«, y el título hizo honor a su nombre, llevando casi al trance a los presentes.

El cielo daba treguas espaciadas y en una de ellas saltaron Los Punsetes al escenario. Todo descaro en sus letras y ritmo imparable en sus melodías… que sin embargo no contagian a la cantante, sobria sobre el escenario. No es necesario más, porque el espectador pone el resto. Temas como “Falso Documental”, convertidos en auténticos himnos generacionales, consiguen siempre convencer, máxime en directo.

Los americanos Broncho aterrizaban hace apenas unos días en España, y en su primera visita al país se han marcado una hora de directo en el Festival do Norte absolutamente demencia, a caballo entre el garaje de sus orígenes y el power-pop incorporado en este último trabajo, “Just Enough Hip To Be Woman”, una mezcla de registros curiosa que indiscutiblemente funciona.

Del mismo modo que funciona la formación completa de Glass Animals. Llevan juntos desde el instituto, pero han madurado tan fantásticamente que las primeras filas se mostraron entregadísimas a este ritmo indescriptible y de inspiración muy americana. El cantante, un auténtico showman, dominaba el escenario sin pudor imprimiendo frescura a un directo invencible.

La nota agridulce de la jornada la puso Standstill.  Y no por su directo, absolutamente superior aunque algo accidentado, sino porque su paso por el Festival do Norte fue la última posibilidad de verles en directo en Galicia, al menos por el momento. Y es que la banda anuncia un parón sin vuelta en el calendario después de más de 17 años y 500 conciertos juntos. Arrancaron tarde los barceloneses porque, para aquel entonces, la lluvia ya era más dentro del escenario que fuera.  Pero convirtieron el concierto en un canto a sus fans y disfrutaron casi tanto como ellos… o más, porque la organización les regaló una tarta de despedida.

La última artista en cantar en directo en la primera noche del Festival do Norte fue Javiera Mena. La reina indiscutible del pop chileno desplegó una puesta en escena irreprochable, con cuerpo de baile, coreografías dignas del ballet contemporáneo y mucho sintetizador. Con todos estos ingredientes se marcó la diva sudamericana una fantástica versión de “Yo no te pido la luna” con la que cerró un directo en el que ya antes habían sonado temas como “La joya”·, imprescindibles en su carrera. “Si chove que chova pero que no se joda la computadora”, bromeaba la chilena al hilo del dicho gallego y de sus Mac Book, que peligraba ante la inclemente lluvia. Fue, sin duda, la mejor arropada de la noche, porque a sus cuatro bailarinas se unión Alex Casanova, quien cantó un tema con ella.

A estas alturas de la noche la primera jornada del Festival do Norte tocaba ya su fin, y lo hacía de la mano de Dj Maadraassoo, recién llegado de su residencia en la sala Razzmataz en Barcelona. Y aunque la lluvia logró que algunos de los presentes claudicasen, parece que ni las tormentas de verano quitan lustres a un festival en el que conviven familias con niños, rockeros, indies y, en general, amantes de la música con un objetivo claro: encontrar el norte y perderse en él.