Texto: María Nieto

Irrumpió en el panorama musical coruñés como si fuese algo natural, lo más normal del mundo. En una ciudad en la que el talento se acumula en cada esquina, el enésimo músico era, efectivamente, algo normal… pero claro, llenar la platea del Teatro Colón presentando tu disco ya no lo era tanto, y, de repente, Pardo se transformó en toda una revelación. ¿Fue el cambio -sutil pero evidente- de su sonido? ¿Fue su abrazo al castellano como lengua de sus letras? ¿Fue su ataque de sinceridad en sus temas? Probablemente un mix, afortunado y efectivo.

Han pasado tres años desde aquel 2016 de eclosión con su segundo trabajo, y el coruñés presentaba el viernes en el Playa Club ‘Santa Cruz‘, su nuevo disco, concebido y creado en los Desert City Studios bajo la batuta de Mario Cobo y arropado por músicos de primer nivel. A veces sucede que un artista logra ganarse el reconocimiento de la crítica y el púbico, pero no consigue afianzar su sonido en su propia tierra. No es el caso de Pardo, que subió al escenario de la sala coruñesa arropado por una pista llena en la que las caras conocidas se sucedían.

Teloneado magníficamente por Malc -cuyos miembros se permitieron dedicarle el tema ‘San Andrés’ entre broma y broma, generando un ambiente distendido y agradable y cierta complicidad con el artista, que viene de lejos-, Pardo arrancaba la gira de su nuevo trabajo rodeado de amigos. Convertir el lanzamiento de tu nuevo disco en todo un acontecimiento social en tu propia ciudad tiene bastante mérito, pero… ¿cómo suena “Santa Cruz”?

Pues ‘Santa Cruz’ suena a Pardo 2.0. Con un Alejando González magnífico al piano y acompañado de Tito Calviño a la guitarra, Pardo desgranó los temas de ‘Santa Cruz’ entre avergonzado y decidido, con ese encanto que solo tienen quienes poseen un talento diferente. Ni la cincha de la guitarra rota en el primer tema, ni la risa floja que acompaña algunos comentarios de entre el público… nada empaña el sonido de un trabajo que es igual pero diferente a los anteriores.

Con mucha influencia centroamericana y sudamericana –Río de Plata o Brinda Conmigo son un homenaje a ese sonido trasatlántico de la emigración estupendamente plasmado-, con un sonido crooner lleno de matices -‘Si te vas de mi vida’ consigue arrancar coros sentidos y emocionados entre el público-, con mucho flow marcado en la instrumentación -cómo suena ‘Desde que existimos tú y yo’, qué maravilla-, ‘Santa Cruz’ es una consolidación y, a la vez, un paso adelante. Más grande, más adulto, más arropado sobre las tablas.

Pardo no decepcionó, y tampoco dejó atrás los guiños a los clásicos atemporales: ‘Siento no haber sido lo esperado‘ o ‘Coruña‘ no faltaron en el repertorio de esa noche.

Todo un directo de transición entre el Néstor que logró dar el salto y el Pardo que aterriza ahora con los pies en la tierra. Contundente y sólido.