Uli Jon Roth en concierto en sala El Sol

Texto: Pablo Luque

 

Es curioso que un domingo de Resurrección, final de Semana, sea el día en el que un dios de la guitarra como Uli Jon Roth pase por Madrid para hacer un ejercicio de nostalgia y recuperar clásicos del metal ochentero en la sala El Sol. El titular prácticamente se escribía solo, y era difícil resistir la tentación, pero el que escribe promete que no verán ustedes muchas más alusiones al cristianismo en el resto del texto.

 

Uli Jon Roth en concierto en sala El Sol

 

Las camisetas negras eran denominador común en la céntrica sala madrileña, la edad media de los presentes evidenciaba aquello de que “el que tuvo, retuvo” y las melenas, que peinaban bastantes canas, se movían mientras sus dueños hablaban sobre nuevos géneros metaleros y por qué “el mp3 no es lo mismo que el vinilo”.

Poco antes de las diez de la noche saltaron al escenario los músicos acompañantes de Uli Jon Roth, todos vestidos de riguroso negro, con una apariencia bastante neutra que cedía todo el protagonismo al alemán. Entonces salió el que fuera guitarrista de los Scorpions en la etapa culminada con el mítico disco “Tokyo Tapes” acompañado de su mítica sky guitar y el público gritó como loco, con la fuerza de toda la juventud vivida junto a los discos de este teutón de pelo blanco y bandana celeste.

 

Uli Jon Roth en concierto en sala El Sol

 

Con el volumen de la guitarra por encima de todos los demás instrumentos, el superhéroe de las seis (a veces siete) cuerdas demostró que está a un nivel  inconmensurable. Uli Jon Roth toca sin mirar, sin ningún tipo de esfuerzo, como quien respira; está sobre una nube con su sky guitar y de vez en cuando abre los ojos y mira hacia abajo a los mortales que le contemplan con la boca abierta.

 

Uli Jon Roth en concierto en sala El Sol

 

Se hizo un repaso a la discografía del alemán con sus fieles seguidores cantando todos los temas a coro. La banda que le acompañaba estaba a la altura, todos músicos muy jóvenes que por edad bien podrían ser hijos de Uli, y al cantante, que era más de la quinta del guitarrista, no le temblaba la voz ni un segundo al hacer esos falsetes tan agudos y característicos del heavy metal clásico. Guitarras dobladas, delays, flangers, solos súper agudos que duran cinco minutos… El Sol parecía 1980 salvo por los móviles que grababan todo lo que pasaba sobre el escenario.

 

Uli Jon Roth en concierto en sala El Sol

 

Con la guitarra de dos mástiles, Uli cortó el aliento de los presentes al final de “Fly to the rainbow”, con dos minutos en los que, apenas valiéndose de la palanca de trémolo, sacaba de su instrumento unos dive bombs imposibles, unos sonidos sólo al alcance de un genio; nadie movía un músculo, nadie hablaba, incluso alguno abría los brazos como recibiendo la bendición de una divinidad del metal. Increíble.

 

Uli Jon Roth en concierto en sala El Sol

 

Hacia el final sonó “All along the watchtower” en la versión de Jimi Hendrix, con Uli Jon también cantando mientras tocaba como quien no quiere la cosa, porque la guitarra es simplemente una extensión de su cuerpo. Un maestro homenajeando  a otro maestro.

En resumen, la noche del domingo de Resurrección fue al mismo tiempo ejercicio de nostalgia y evidencia de que el metal ochentero no es que esté volviendo, es que nunca se ha ido.