Por César Luquero
El grupo barcelonés sigue recogiendo los merecidos frutos de una siembra tenaz y apasionada.
Son casi quince años de andadura, pero las energías de Dorian distan mucho de agotarse. El tramo final de la gira impulsada por “Diez años y un día” –álbum grabado en directo en el populoso festival castellonense Arenal Sound– está siendo triunfal. Papel agotado en las principales escalas del mismo y la sensación de estar ante una serie de citas verdaderamente especiales, que conviene no perderse. De asistir al cierre de una etapa crucial para el grupo barcelonés.
Consolidado como referencia en la esfera independiente a ambos lados del charco, Dorian actúa dentro del ciclo SON Estrella Galicia los días 25 y 26 de noviembre, en la Sala Capitol de Santiago y el Escenario Santander de la capital cántabra, respectivamente. Serán conciertos festivos, de reencuentro con sus efusivos seguidores, que tendrán la oportunidad de volver a cantar a voz en grito hitos como “La tormenta de arena”, “A cualquier otra parte”, “Verte amanecer”, “Soda Stereo”, “El temblor” o “Los amigos que perdí”.
Dueño de un cancionero de eficacia abrumadora, el quinteto catalán conjuga en sus composiciones la vitalidad del indie-rock de corte clásico y la finura del pop electrónico nuevaolero, sin perder de vista géneros como la psicodelia –en muchas de sus acepciones– ni abdicar de la tradición pop española y latinoamericana ni hacer ascos al comentario social y político. Su evolución creativa es admirable y quizá esa sea la clave de su paulatino y sostenido crecimiento. Al principio –en los tiempos del entrañable “10.000 Metrópolis” (2004)– hacían lo que buenamente podían. Disco a disco, han logrado aproximarse a lo que de verdad querían, manteniendo unido el núcleo fundacional de la banda –Belly Hernández, Marc Gili y Bart Sanz– hasta encontrar una voz, una expresión, plenamente sustantiva. No todos pueden presumir de lo mismo.
Canción recomendada: “Los amigos que perdí”
