QUILT, SABROSAS GOTAS DE PSICODELIA Y DE FOLK por María Baigorri
Quilt explica sus intenciones a las claras en ‘Plaza’ bebiendo de referencias sesenteras, poniéndole al cóctel sonoro de 2016 sabrosas gotas de psicodelia y de folk.
Otro verano que se nos ha escapado sin darnos cuenta. Lejos van quedando los ecos de unos intensos y fogosos meses, y el invierno se avecina sin ningún tipo de miramiento. En nuestras manos está seguir con ese espíritu festivo y vacacional por unas cuantas semanas más ya que tenemos a nuestro alcance efectivas herramientas sonoras para ello. Sin ir más lejos, podemos/debemos acudir a la escucha recurrente de discos tan sugestivos, sugerentes e iluminados como el tercer pelotazo que Quilt se ha sacado de la manga en este 2016.
El cuarteto bostoniano lleva facturando deliciosas canciones pop algo más de un lustro, apostando, desde su seminal y homónimo álbum de debut, por convertirse en una de las referencias clave de la nueva hornada de bandas que endulzan el género musical por excelencia con tintes de psicodelia y folk. Sonando siempre impecablemente limpios y perfectamente equilibrados (entre otras cosas gracias a la maestría en la producción del multi-instrumentista de Woods, Jarvis Taveniere, por segunda vez consecutiva en los títulos de crédito), el combo norteamericano se ha superado en ‘Plaza’, su última referencia, y todo lo presentado anteriormente queda incluso superado en estos más que inspirados 40 minutos.
Instalándose en los lugares comunes de la psicodelia y el folk de los años 60, Quilt factura melodías elegantes y seductoras que no recurren a pomposos artificios, sino a contenidos arreglos de cuerda, falsetes en cascada y riffs de guitarra juguetones que empastan a la perfección con voces muy bien templadas (destacando de entre todas las de Annya Fox Rochinski y Shane Butler, aunque hay que decir que en Quilt canta -y bien- hasta el apuntador). La efervescencia cultural y musical de su ciudad de origen queda patente en la amplitud de miras de la banda, ya que coquetean incluso con el dreampop de los 90.
En definitiva, Quilt nos propone un soleado recorrido por la Costa Oeste Americana que nos demuestra que, como ya veníamos intuyendo desde hace tiempo, los 60 están más vivos que nunca.
