“La cultura ahora no es estanca, sino porosa. Atraviesa y recorre todas las corrientes”. Johanna Capliure resumía de este modo aquello que ya pensó Wagner en su día del “arte total”, aquel capaz de aglutinar música, pintura y drama en un solo espacio. Mucho ha llovido desde que al compositor alemán se le encendiera la bombilla y es ahora, en pleno siglo XXI, cuando propuestas como la del She’s The Fest apuestan por esta sinergia artística juntando en un mismo espacio — las Naves de Valencia — tanto charlas teóricas como las de Johanna ( y las de Carolina Otero, centrada en la poesía; o la de María Teresa Rocha, acerca de la escena musical austríaca) con talleres infantiles, DJs de todo tipo –incluso, video-DJs como la propia Capliure — y, por supuesto, música. Eso sí, todo con el sello de la mujer como protagonista, reivindicando su posición a base de talento y trabajo.
Así, este sábado venía cargado de propuestas desde primera hora de la mañana en el She’s The Fest. Comenzando por los showcases gratuitos ubicados en la Terraza de las Naves, en los que Meridian Response, June Kaleidoscope y Salfuman consiguieron hacer disfrutar a un público cuya edad variaba entre los 3 y los 60 años. Y, sin perder fuelle, continuando con la selección de DJs como Catalina Isis o Wilma Dean, que mantuvieron en pie a los feligreses hasta la hora de apertura del escenario SON Estrella Galicia.
La tendencia pop del primer día llegaba a su fin sin transiciones con las contundentes Bala. Anxela Baltar y Violeta Mosquera no perdían el tiempo con discursos ni pantomimas. Lo suyo era el puro grito visceral a base de stoner-rock. Inesquivable la referencia a Motorhead , pero en manos de una batería que parecía en estado de gracia y de unas composiciones, las de “Human Fleshes” (Matapadre, 2015) que exigían el todo por el todo sobre el escenario. “Venimos de Galicia. Gracias a los valientes que han venido a esta hora” y nada más que decir por parte de las norteñas. El ritmo imparable y el sudor que recorría sus frentes ya lo expresaban todo por ellas. De poco sirvieron las súplicas de esos “valientes” pidiendo, al menos, un tema más.
El escenario SON Estrella Galicia quedaba estrenado y bien caliente para las londinenses Skinny Girl Diet. “Queremos pensar que el hecho de que nosotras tengamos un grupo puede animar a mujeres a tener esta actitud, y a los hombres a unirse a nosotras en esta igualdad y bailar juntos y juntas sin ningún tipo de juicio ni sexismo”, declaraban recientemente en una entrevista. Un grito de igualdad que, pese a la falta de interacción en el escenario, se hizo presente en boca de su bajista, dejándose las cuerdas vocales “reclamando su propia vida” (“Reclaim your Life”). Mucho estilo y una innegable influencia noventera fueron la carta de presentación de Dalia, Amalia y Úrsula, cargadas con sus Danalectro en una actuación corta y contundente.
Bajaban los decibelios y la intensidad con la vigitana Joana Serrat y su “Dear Gran Canyon” (El Segell de Primavera, 2014). En catalán, la también actriz explicaba sobre el escenario cómo el amor por su tierra la había inspirado en varios temas, y no tardaba en demostrar su pericia y fuerza con la guitarra acústica, acompañada de toda su banda. Oscilando entre el pop detallista y el folk, la catalana dio muestras de un directo cercano a la par que introspectivo en su esencia. Una buena transición entre la tralla de Skinny Girl Diet y la genialidad de la siguiente invitada, Lorena Álvarez y su Banda Municipal.
Banda que, en este caso, se redujo a dos acompañantes “elegidos por catálogo porque están buenos, que es lo que importa”, como explicaba la asturiana. Desgranando sin descanso tanto su LP “Anónimo” (Stones, 2012) como su EP “Dinamita” (Producciones Doradas, 2014), Lorena Álvarez tomaba al pelo al público, abandonaba en dos ocasiones el micrófono para tocar de viva voz y, como colofón, organizaba un enorme corro compuesto por todos los asistentes al concierto durante su último tema. “Si no hay corro, no toco”, amenazaba, y entre las cabriolas de un público que por fin se soltaba la melena, la asturiana llevaba a su orígen la mezcla de preocupaciones y aspiraciones modernas con el formato del folklore más puro, herencia misma del Nuevo Mester de Juglería o Joaquín Díaz. Jotas y tonadillas de viejo cascarón y espíritu nuevo.
Con los suizo-británicos Kid Wave volvió la cordura al escenario SON Estrella Galicia. Emocionados, el cuarteto daba efusivamente las gracias a la organización del She’s The Fest por brindarles la oportunidad de visitar por primera vez España. “Nos gusta mucho la tortilla de patatas”, remataban. Guitarrazos y mucha actitud en su “Wonderlust” (Heavenly Recordings, 2015), así como en una actuación de matrícula.
El final de la jornada lo ponían a base de sudor, post-punk y pogos entre el público los vascos Belako, haciendo énfasis tanto en sus temas más coreables como en su recentísimo (tan solo dos días nos separaban del estreno) disco de estudio, “Hamen” (Mushroom Pillow, 2015). Josu, Lore, Lander y Cris no dudaban en botar sobre el escenario, intercambiarse instrumentos e incluso en lanzarse al público para ser alzado por los asistentes en un auténtico y literal “baño de masas”.
Así, en lo más alto de la energía festivalera se despedían los de Belako, haciendo intuir ya el final de un festival capaz de unir a todos los talentos bajo un mismo prisma: el femenino.
