El Madrid quiere ser el nuevo Rey de Europa, y ya lo dejó muy claro ayer en el Bernabéu. Se esperaba un partido igualado, dejando la eliminatoria abierta para Londres, pero entre los errores infantiles de Crouch y el buen juego de los de Mourinho, parece ser que está sentenciada.

El partido empezó como si de un partido de la previa se tratase. Balones en largo, entradas dura, malos controles y tiros a la nada. Pero poco a poco el Madrid empezó a encontrar su juego, gracias, sobretodo, al primer gol de Adebayor en el minuto 4 de partido. El togolés cabeceó un córner con un salto impecable.

El encuentro (y la eliminatoria) se ponía algo cuesta arriba para el Tottenham, pero ya se puso imposible en el minuto 14 de partido, con la segunda amarilla a Crouch. Las dos fueron por entradas a destiempo, arollando a Ramos en la primera entrada y a Marcelo en la segunda.

Ya en la segunda parte, llegaría el festival blanco. Cristiano saca un córner rápido para Marcelo y este pone el balón en la cebeza de Adebayor, que hace otro salto impecable para poner el 2-0 en el marcador.

El tercero fue obra (maestra) de Di María. Estaba a banda cambiada y fue entrada al medio para lanzar un misil a la escuadra de la portería defendida por Gomes.

Mourinho sacó a Kaká para intentar recuperarlo, y no tardo en hacerlo ya que el brasileño le dio la asistencia a Cristiano para firmar el 4-0 definitivo.

Con este resultado, el Madrid afronta la vuelta con algo más de calma, y recordó al resto de Europa que quién es el Madrid.